sábado, diciembre 14, 2024

Indulgencia

Indulgencia y sectario no es lo mismo, aunque pueda parecerlo

Provoca el vómito espontáneo y la cagalera más atroz observar la indulgencia con la que son tratadas algunas personas en función de su cargo político, posición social, género e incluso tendencia sexual. En un país donde su Constitución dice que todos, todas y todes somos iguales ante la ley –con minúscula–, la mayúscula se la tienen que ganar.

El latinazgo indulgentia es la procedencia de indulgencia. Según la Real Academia de la Lengua, en su primera acepción, es la “Facilidad en perdonar o disimular las culpas o en conceder gracias”. Es evidente que en nuestro país no es lo mismo ser un contribuyente del montón a otros que no lo son; y hablo de políticos, curas, famosos, eméritos, colectivos favorecidos legalmente, etc. No es de recibo una situación así. Supongo que las personas que no se dejan influenciar por los medios de comunicación sectarios saben a lo que me refiero.

Cuando hablamos de “la casta”, resultan repugnantes las justificaciones que de derecha a izquierda se esgrimen para justificar o atacar. Es razonable que los políticos de uno u otro signo intenten quitar importancia a lo que han hecho sus correligionarios. Que los medios de comunicación den el okey o monten tertulias de noche los sábados; que pongan el cascabel o lo hagan público; que den la razón o lo digan a diario… también podría ser comprensible, no en vano la pela es la pela y muchos dependen de la publicidad, institucional o privada.

Lo que me resulta ciertamente sorprendente es que profesionales de todo tipo presuntamente independientes, se conviertan en individuos sectarios que dan pábulo en sus Redes Sociales a cualquier cosa que lean. Dar altavoz a la basura de su ideología contraria y ser indulgente con la suya es repulsivo y quita cualquier razón. Pretender ser simpático criticando a su Sanchidad o al “menistro” de consumo y alabar las meteduras de pata del charrán no es buena idea. Y viceversa.

Estar condenado por malversar da igual si se hace con la rosa o la gaviota, desde el circulo morado o la voz. No se puede estar repartiendo indulgencias a individuos condenados y mucho menos si son amigos. “La mujer del César no solo deber serlo, sino parecerlo”. La sabiduría romana siempre aparece y no somos capaces de asimilarla…¡Qué pena! –Confucio.

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