viernes, mayo 17, 2024
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¡Estoy cansado…!

  • Estoy cansado es el estado de ánimo más común

¡Estoy cansado…! Todos me dicen lo mismo y es que durante varias semanas me he permitido hacer un estudio –nada científico– sobre el estado de ánimo de las personas que conozco; en todas las conversaciones –en todas– apareció el puto latiguillo del cansancio.

Algunos pensarán que el comentario cansino es referente a la política, nada más lejos de la realidad. A decir verdad, lo que hemos hablado sobre la política y los políticos es difícilmente reproducible en este artículo, va más allá del cansancio. Muchos estamos hartos de ver cada cuatro años las mismas situaciones… sueldos, puestos, poltronas y engrasado en profundidad de las puertas giratorias para la ubicación de culos de distintas procedencias; nalgas izquierdas o derechas.

En nuestras conversaciones hemos hablado del cansancio que produce en nuestra sociedad situaciones concretas a las que nadie… ¡nadie!, pone solución. Todos estamos cansados de la agresividad que se ha instalado en nuestro país por personas procedentes de otros lugares y con otras costumbres. Podrá parecer xenófobo, pero no lo es. Cada pueblo tiene sus costumbres más o menos respetables y con las que podrás estar de acuerdo o no. Hay situaciones con las que podríamos “mestizar”, pero otras son absolutamente deleznables. Por el hecho de “ser de fuera” no tenemos que transigir ni tolerar. Todos sabemos de qué hablo.

Probablemente algún lector pensará que hablo de pieles de distinto color, que con sus acciones incorrectas son más notorias, me refiero también a los que son blanquitos lechosos y pasan desapercibidos con sus ojitos claros y cara de no haber roto un plato en su vida. O de esos turistas borrachines que se instalan en las zonas turísticas convirtiéndolas en territorio comanche ante la mirada hacia otro lado de los “Bomper” de turno.

También estamos cansados de los musculados y repintados –tatuados– agentes de un supuesto orden, esos a los que han tenido que bajar el nivel en las oposiciones y que se creen que por ir vestidos de piolines (término acuñado por el sr. Presidente del gobierno) ya están en posesión de la verdad absoluta, su presunción de veracidad me la paso yo por el forro de mis caprichos. Que se atengan a lo que representan y dejen su chulería en los magnesios o gimnasios o cómo se llamen esos lugares de fardeo. Estamos cansados de que siempre vayan con prisa, con o sin prioritarios y que hagan prevalecer un supuesto orden mostrando músculos y escondiendo su mirada bajo gafas negras, bastante chulas –las gafas–.

La puta pandemia nos ha jodido bien a todos, un tipo nos empapeló en contra de la ley durante tres meses (no lo digo yo, lo dice el Constitucional o el Supremo o quien sea…). Atrás han quedado las sanciones a los que no se doblegaron ante un estado (en minúscula) que se pasó los derechos de sus “súbditos” por el forro de sus caprichos. Atrás han quedado aplausos y dogmas patrios. Atrás han quedado en el olvido las personas que sin saber a qué se enfrentaban pusieron el pecho –que no era de lata como el de los romanos– para intentar frenar el puto virus chino. Por cierto ¿Ya aprendió el ministerio de la cosa a contar cuántos españolitos se fueron a tomar por retambufa con el puto virus de los cojones?

Yo también estoy cansado. Con toda esta bazofia que está montada, he pensado en crear una empresa, hacerme autónomo para sacar las castañas del fuego al IEDLSS (Instituto Ese De La Salubridad Sucial), darme de alta también en Actividades Económicas (la de contribuyentes todos y pobre del que no lo sea), pedir un préstamo en el BHE (Banco Hipotecario y Exprimidor) con el noble objetivo de fabricar puertas giratorias para todos los “moqueteros” (mosqueteros no…moqueteros de moqueta del Congreso) que deben abandonar su confortable escaño o poltrona y pasar por ellas a cargos de relevancia, por supuesto bien remunerados.

También hay muchos que están cansados de las declaraciones anacrónicas de los políticos que nos dicen que no tenemos “ni puta idea de” pero que después se les queda la isla con un cero energético… Casi-miro pero no te veo…está todo a oscuras. O de los que castigan a los que no podemos irnos de trulenque con obras infames en todas las carreteras. Estoy cansado de poner “el radio” (según San Caraqueño) y no encontrar una emisora de aquí, todos hablan godo y si te vas al sur en italiano.

La mayoría está cansada de los periodistas… esos que se hacían llamar “el cuarto poder”. La verdad es que no se me ocurre un adjetivo audible o leíble para calificar a determinados personajes. He hecho un ejercicio mental y he intentado ponerme en el pellejo de personas de distintas ideologías, aunque no esté de acuerdo con ellas… les sugiero que lo hagan. ¿Cómo pueden ser tan sectarios tantos periodistas? Si pongo la tele, la radio o leo los periódicos no es para que me adoctrinen, sólo quiero que me informen; yo sacaré las conclusiones. De momento ni me babo, ni me cago, ni me meo la cama, ni hace falta que me la saquen… en mi X (el nuevo nombre del pájaro azul) siempre pongo el mismo vídeo grabado en La Laguna… ¡A tomá po culo! –Confucio.

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