Seguro que si ahora mismo le pregunta a la persona que tiene a su lado a quién se la atribuye la frase “la pela es la pela”, por supuesto con voz engolada, su interlocutor le responderá: “A un catalán”. Esta afirmación es un hecho y no me parece mal. Si por algo se ha caracterizado el pueblo catalán –el que tiene ADN y el charnego– es por su productividad y por consiguiente su amor al euro, que para eso se lo curran. Por ello no entiendo que se dejen comer el tarro por los pujoles, puigdemones, torras y demás en su afán de hundir la economía de esta región española. Cataluña juega con fuego y el presidente de Seat, S¿e?at, ya lo ha puesto sobre la mesa. No se puede descartar la salida del grupo de Cataluña, hay opciones. Lo podrán disfrazar como quieran, pero amigo, esto es una advertencia en toda regla. La fábrica de automóviles de Martorell representa un 4% de Producto Interior Bruto de Cataluña y el 12% de las exportaciones. Según el periódico de economía “Libre Mercado” son más de 5.600 las empresas que han marchado de esta región, algunas de ellas muy significativas. Los políticos responsables del Proceso tendrán muchas explicaciones que dar a los ciudadanos. Se me antoja que detrás de la reivindicación de independencia se esconden otras razones. Arrojarse a una piscina sin tener la certeza que tiene agua o sin saber nadar lleva al imprudente a ahogarse y, lo que es peor, a arrastrar consigo a personas que nada tienen que ver con esa imprudencia. El expresidente más carismático de la Generalidad defraudó, según datos de la Agencia Tributaria, más de ochocientos mil euros. Su delito ha prescrito. Los políticos catalanes independentistas afirman que “España nos roba”… ¿En serio? –Confucio.
La pela es la pela
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