sábado, diciembre 14, 2024
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Libertad, Igualdad y Fraternidad

El exhaustivo acoso mediático al que ha sido sometido el Presidente Sánchez debería hacernos reflexionar sobre el carácter obscuro que ésta pretensión está tomando sobre el futuro político democrático que le espera a nuestro país si no se toman las debidas precauciones sobre la composición de un sistema legislativo anclado todavía en un reciente sangrante pasado de dictadura, aparentemente fenecida bajo el supuesto triunfo de una libertad de expresión que aún espera la derogación de la llamada Ley Mordaza y bajo la que se oculta la derecha intentando rechazar con celo la probable inclusión del pensamiento libre en la educación de los escolares y jóvenes estudiantes de nuestro país.

Nuestro pasado es el que ha sido, pero nuestro futuro está aún por ver y eso dependerá del grado de ambición política que determine una población educada en democracia y cuyos valores, tal y como hemos llegado a comprobar estos días en Francia, perviven y se reducen a tres: Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Dadas las complejas circunstancias que nos ocupan sabemos muy bien que no será fácil alcanzar, para comenzar, un estatus de República que nos abrace a todos por igual y en beneficio de una población trabajadora que cada día cumple con sus obligaciones en favor de un país aparentemente libre como es el nuestro.

De manera que a día de hoy no me interesa tanto el éxito nacional de unas Olimpiadas como en alcanzar aquello otro que en realidad me parece mucho más próximo que unas medallas de oro de nuestros atletas, pero, por desgracia, y viendo los resultados obtenidos hasta hoy, ambas cosas me parecen por el momento inalcanzables.

Al señor Peinado sólo le queda por saber “lo que vale un peine”. Pero no un peine cualquiera como los muchos de ahora sino de aquellos otros anteriores a la aparición masiva del plástico como eran los llamados de carey por estar confeccionados con parte de la coraza de las tortugas del mismo nombre. Por si los jóvenes canarios no lo saben, de carey también eran los llamados escarmenadores; peine de púas muy finas y muy juntas que también se utilizaba para localizar los piojos en las abundantes cabelleras de cualquiera de los cráneos del anciano Régimen.

zoilolobo@gmail.com

Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes

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