jueves, octubre 10, 2024

Balones fuera

Qué más puedo añadir sobre lo que en estos últimos días ya se ha dicho sobre el Sr. Rubiales; a la sazón presidente de la Real Federación Española de Fútbol.

La capacidad que ha demostrado Rubiales en rodearse de un sin número de adláteres, nombrados a dedo y colocados estratégicamente en puestos de cierta responsabilidad, demuestra que como Presidente nunca creyó que pudiera darse el caso de ser cesado de su cargo por algo, -a su criterio-, tan nimio como besar sin consentimiento a una de las jóvenes jugadoras de la Selección Española de Fútbol. Pero esto sólo ha sido la gota que ha colmado el vaso porque escándalos de distinta índole ya se habían producido durante su mandato presidencial.

No en vano hay quién ha afirmado que más que la gota que colma el vaso, se trata sólo de la punta del iceberg que aparece a la vista sobre la superficie de un machismo sin precedentes y avalado por un falso sentimiento de paternidad que en el fondo lo único que oculta no es otra cosa que una libido muy difícil de controlar como consecuencia, sobre todo, de una falta de empatía y respeto por el sexo opuesto y del que se siente muy superior.

Me he sentido muy avergonzado al ver como durante el discurso pronunciado en el que pregonaba su inocencia, ambos seleccionadores, entre otras muchas personas de su staff técnico, aplaudían a rabiar, seguramente como pago a las prebendas recibidas por sus respectivos nombramientos en su día y cuyos espléndidos sueldos deben ser agradecidos como en el caso que nos ocupa.

Rubiales no ha querido dimitir voluntariamente. Ello implica que su staff técnico puede continuar beneficiándose de los distintos nombramientos, conservando sus respectivos empleos y sueldos sin que, por el momento, puedan ser despedidos tal y como consta en el Reglamento de la Real Federación Española de Fútbol.

De manera que entre otros beneficiarios, tendremos que seguir soportando, con todo lo que ello significa, a los dos responsables de las selecciones femenina y masculina, respectivamente, que tanto aplaudieron a Rubiales el día en que, tirando balones fuera, afirmara mucho antes de que cantara el gallo y cinco veces seguidas: “¡NO DIMITIRÉ!”.

zoilolobo@gmail.com

Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes

Artículo anterior
Artículo siguiente
RELATED ARTICLES

Perspectiva

Las Redes y yo

- Advertisment -spot_img

ÚLTIMAS PUBLICACIONES