Hace unos días, en un establecimiento hotelero del sur de Tenerife se produjo el lamentable fallecimiento de una camarera de piso –conocidas como Kellys– mientras realizaba su trabajo contratada por una Empresa de Trabajo Temporal. La mujer tenía cuarenta y cinco años y según se desprenden de las informaciones que he podido consultar, falleció debido a un paro cardiaco del que no pudo ser recuperada por unos clientes con conocimientos sanitarios que la vieron en el suelo al pasar por fuera de la habitación donde realizaba su labor profesional y por personal cualificado del propio aparhotel de Adeje.
Se da la circunstancia que esta semana ha sido muy convulsa entre las personas que trabajan en la hostelería, todo ello por las más que desafortunadas declaraciones del jefe de la patronal hotelera donde exigía al gobierno regional se le permitiera contratar fuera de las islas, todo ello en base a una supuesta carencia de mano de obra en las islas. Es evidente que no todos los trabajadores están dispuestos a cumplir con las exigencias de la patronal y por ello pretenden precarizar aún más el sector con mano de obra barata traída de fuera.
Los datos son tozudos y están contrastados por los sindicatos del sector. Comisiones Obreras hace hincapié en que no se está apostando por la salud laboral y que no se cumplen con los requisitos del convenio hostelero que establece la obligación de las empresas de realizar evaluaciones ergonómicas, carga física y riesgo psicosocial de las camareras de piso. En este punto debo aclarar que el fallecimiento de esta joven se produce trabajando para una ETT en un establecimiento de Tenerife donde la externalización está prohibida, según también ha afirmado el sindicato CCOO.
Está claro que no son muchos los establecimientos hoteleros que cuiden y respeten el trabajo de sus profesionales. Muchas personas bien preparadas de Canarias o curtidas en nuestros establecimientos han tenido que salir a otro destino o bien tomar otro rumbo profesional. Un hotel debe funcionar como una maquinaria bien engrasada y de forma piramidal pero para conseguir una pirámide sólida se necesitan piezas de mucha calidad y bien formadas; y eso hay que pagarlo. Menguar en calidad del producto ofrecido o en el trato a sus trabajadores y trabajadoras no es una buena idea, no siempre “la pela es la pela”.
Canarias ha puesto todos sus huevos, de esa gallina que los pone de oro, en la misma cesta. Esta cesta está ya vieja y deteriorada. La clase política ha permitido que así sea, cuando muera esa imaginaria gallina –si no lo ha hecho ya– se vivirá del cemento y del asfalto si es que se puede vivir de eso. En demasiadas ocasiones la trastienda de la hostelería puede resultar demasiado siniestra, en ella se dan cita intereses de turoperadores, compañías aéreas, grandes operadores, sector servicios en destino…mucho dinero que va a manos de unos cuantos siempre en los mismos sitios.
Lamento mucho el fallecimiento de esta currante precarizada, trabajar para una ETT ya lo es y también me causa estupor la pasividad y la falta de tacto de los empresarios, Tenerife y Canarias siempre se valoraron en el exterior por su calidad en el trato y la profesionalidad de sus hosteleros. ¿Sigue siendo así?
Chief Executive Officer (Tourism Sector Company)