El año 2019 va a suponer un cambio significativo en el etiquetado de los productos alimentarios. Yogur, espárragos, miel e incluso las papas no podrán incluir en su etiquetado nada que induzca a error.
El primer paso se ha dado con los productos lácteos, los fabricantes están obligados a informar del origen. Esta medida también se aplica a los productos que contengan más del cincuenta por ciento de leche como ingrediente.
Mantequilla, yogur, nata, queso, entre otros, se encuentran regulados con este Real Decreto. Los productos lácteos procedentes de distintos lugares, de la UE o no, se cuelan en nuestros frigoríficos sin enterarnos.
Se acabó, a partir de 2019 es de obligatorio cumplimiento decir de dónde viene la leche que consumimos. Será el consumidor final quien decida que producto compra y al precio que lo paga.
La normativa que regula el etiquetado es estricta: “No se puede inducir a error al consumidor haciéndole creer que un alimento tiene un país de origen o un lugar de procedencia distinto”.
Hay muchos alimentos que son susceptibles de inducirnos a error, que una marca sea española no quiere decir que lo que vaya en su interior lo sea. En demasiadas ocasiones nos hemos encontrado con espárragos de marca española procedentes de China, Perú u Holanda y cómo no, también legumbres envasadas en León de origen canadiense.
La miel ha sido uno de los productos más polémicos se ha llegado a dedicarle programas monográficos en televisión, ahora bien, lo cierto es que los productores españoles están muy quemados.
A pesar de ser uno de los productos que tienen que indicar su origen por ley, pocos nos fijamos de dónde procede. La miel que se toma en España de origen nacional es sólo un 18%, el resto no lo es.
En su etiquetado ponen: “mezcla de mieles procedentes de la UE”, “mezcla de mieles no procedentes de la UE”, “mezcla de mieles no originarias de la UE”, “mezcla de mieles originarias y no originarias de la UE”
Todas las denominaciones anteriores son perfectamente legales, el problema está en que no se está obligado a poner porcentajes. Por poner un ejemplo claro de los productores: Podría comprar una miel con un 2% de España y el 98% de China.
Hay productos que nos encontramos en nuestra cesta de la compra y que deben indicar obligatoriamente su procedencia. Como ya se dijo, la miel es uno de ellos. Además, se incluyen en el listado las frutas, hortalizas, pescado, carne y aceite de oliva.
Esta ley, con apenas un año de vida pretende aclarar al consumidor el tipo de productos que consume y su procedencia, aunque en estas fechas de 2020 estemos intentando averiguar qué mascarilla o gel hidroalcohólico debemos utilizar.