Mi primer profesor de música no era docente, era un músico profesional que se prestó a enseñarme los primeros pasos en este complicado mundo donde todos se consideran Chopin o quizás Cho Beethoven. Resulta indignante observar como cualquier indocumentado en la materia se permite comentarios fuera de lugar. Con respecto a este particular siempre decía: «Zapatero, a tus zapatos».
Cuando el “zapatero” de turno vierte toda su mala información en el ámbito familiar puede quedar como el típico cuñado enterado que habla de todo sin saber de nada. Como bien dice el dicho que titula estas líneas, cada uno debe ocuparse de sus asuntos de su profesión y opinar sólo de lo que entienden evitando meterse en jardines en lo que no tiene ni idea.
En más de una ocasión y en otros medios distintos a este (radiofónicos o escritos) he dado mi opinión sobre eso que llaman en Santa Cruz de Tenerife con gran rimbombancia Festival de Habaneras y que lleva encajonado décadas en el lateral de la iglesia matriz, conocido meódromo de los carnavales e incluso de fines de semana.
Pero ese no es el tema, leyendo en un periódico el resumen de dos señores me llamó poderosamente la atención el comentario que hacían a un grupo al que mencionaban la mitad en latín y la otra mitad en español… de profesión sus ignorancias; critican a una formación que no saben ni cómo se llama.
Los comentarios, en el más puro estilo murguero, dejaban mucho que desear. Sobre esta formación coral comentaban que había “mayoría de mujeres que marcan la diferencia con los varones”… “No parece la mejor opción grupal de cara al futuro concurso salvo que emulen el sonido de unos instrumentos que les permitiría actuar de red”. “Presumen de tener estilo propio”… repito: de profesión sus ignorancias… la de los comentaristas.
Está claro que en Santa Cruz de Tenerife si no estás vinculado al mundo rondallero, murguero, comparsero tienes poco futuro. Han conseguido que el antaño denominado Certamen de Habaneras se convierta en una fiesta de pueblo chusco donde se reconvierten formaciones para sacar adelante un degradado espectáculo.
Si tuviera parné, que no lo tengo, invitaría a estos comentaristas de teclado de pórtatil y cultura musical justita a darse una vueltecita por las Eras de la Sal donde, formaciones corales a “pelo” (capella, que ellos son muy entendidos…los zapateros) presumen de tener un estilo propio y la mejor opción grupal es esa: Ser corales.
Existen otros lugares en los que en este tipo de encuentros se celebran y participan grupos con corales con instrumentos o sin ellos; charangas y chirigotas… los que no participan son los enterados que presumen saber de todo.
Zapatero, a tus zapatos… y podemos añadir: Con estos bueyes tenemos que arar, una ciudad que vive por y para los carnavales. Que los murgueros se convierten en rondallas, los grupos musicales en comparsas y los tornillos de rosca chapa en… tornillos de marquetería.
