El Teatro del Liceo de Barcelona bajaba este lunes el telón por última vez para dos interpretes, que tras representar como miembros del reparto, la ópera “Sigfried”, de Wagner, regresaron a sus lugares de origen.
La contralto Maria Radner se encargo del papel de Erda y el barítono Oleg Bryjak se ocupó del rol de Alberich. Se da la circunstancia que la cantante viajaba en el avión siniestrado, el A-320 de la compañía alemana Germanwings, junto a su bebé de corta edad y su marido.
La contralto alemana, nacida en 1981, despuntaba con fuerza en la escena operística como uno de los nuevos talentos de la ópera. Su debut profesional fue en la temporada 2012/2013 en la Royal Opera House Ring Cycle, que también la llevó al Metropolitan con el wagneriano papel de Erda. Esta joven promesa de la ópera, que ha visto su carrera truncada, también había actuado en la prestigiosa Scala de Milán en 2012. También en 2012 cantó en la Scala de Milán La mujer sin sombra de Richard Strauss.
Cuando aún era estudiante, Zubin Mehta ya la dirigió en el Palau de les Arts de Valencia, donde en 2008 también ofreció un recital de Parsifaal.
El barítono Oleg Bryjak, nació en Kazajistán en 1960, la antigua república de la URSS, aunque tenía pasaporte checo. Había actuado en los escenarios de todo el mundo París, Zurich, Londres, Los Angeles, Chicago, Berlín, Munich, Sao Paolo o Toronto y tenía un repertorio de más de 30 óperas.
De voz oscura, potente y con grandes dotes interpretativas, desde 1996 era miembro de la Deutsche Oper am Rhein de la ciudad de Düsseldorf, donde interpretó numerosos roles clásicos, desde el Leporello de “Don Giovanni” al Yago de “Otello”.
Wagner era, sin duda, una de sus pasiones y su especialidad, en sus planes inminentes figuraban volver a meterse en la piel de Alberich en la ópera de Düsseldorf y actuar en un Parsifal en la Bayerische Staatsoper de Munich. Uno de los momentos más importantes de su carrera fue la interpretación completa del ciclo “El anillo de los Nibelungos” en la ópera de Chicago, en 2003.
Bryjak inició sus estudios en el Conservatorio de Almaty, en la antigua Kazajistán, para continuarlos en la National Academy of Music de la misma ciudad. Empezó a destacar en la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo y en 1990 obtuvo el segundo premio del certamen internacional de canto Silvia-Geszty-Competition, en Stuttgart.
