“Según confesión de Macarena Olona, el empadronamiento contra la pared al que supuestamente la política fue sometida la pasada semana se produjo como consecuencia de una relación plenamente consentida. El funcionario en cuestión ha sido puesto en libertad”
En un alarde de libertad de expresión he supuesto que los hechos a los que me remito hubieran podido haberse producido tal y como he indicado en el párrafo anterior, sin menoscabo de procurar salir indemne de las posibles acusaciones que pudieran tenerme preparadas los miembros de la extrema derecha en la que milita la señora en cuestión y a quién, por lo que se ve, la justicia le ha otorgado el privilegio de convertirse en ciudadana andaluza por arte de birlibirloque. De manera que la Junta Electoral de Granada dará, por fin, luz verde a la candidatura presentada por Vox a la presidencia de la Junta de Andalucía en la persona de Macarena Olona.
La Junta Electoral estima por su parte que no existe obstáculo alguno para su proclamación, sin precisar del todo que tipo de subterfugio la habría habilitado para solucionar en su favor tal difícil situación, teniéndose en cuenta el posible cobro ilícito de unas dietas en Madrid y que tendría que devolver habida cuenta de su nuevo lugar de residencia.
Si a todo ello le sumamos la intención que a su juicio baraja su propio partido por el que, -para nuestra particular propia defensa-, los ciudadanos españoles debamos ir convenientemente armados, no cabe duda de que el peligro comienza ya a cernirse sobre todos y cada uno de nosotros. No me imagino a mí mismo con una sobaquera de cuero enfundando un Smith & Wesson del calibre 38 con la sana intención de sentirme más seguro que el insoportable pavor que siento frente a un partido político de características tan perversas como Vox.
¡Hasta así podríamos llegar!
zoilolobo@gmail.com
Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes