jueves, marzo 28, 2024
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Inmolación y expatriación

Cuando alguien es capaz de auto inmolarse en beneficio de una supuesta benefactora ideología basada exclusivamente en el concepto de moralidad por la que, según algunos, condena el Corán, resulta muy difícil tratar de repeler un ataque anónimo que se mezcla con la inseguridad que en este preciso momento se vive en las inmediaciones del aeropuerto de Kabul y que ha cogido por sorpresa a las tropas americanas que lo custodian. El resultado ya lo sabemos y debemos de lamentarlo en la misma medida que ya hemos lamentado las purgas que los talibanes llevan a cabo desde que sitiaron la capital.

Desenmascarar a los siniestros miembros del ISIS resultaría de mucha más eficacia para los intereses concretos de los talibanes que andar casa por casa requisando cuanta documentación encuentran a su paso amén de secuestrar a todo aquel que pueda ser sospechoso de haber colaborado con las fuerzas extranjeras que, en beneficio de la paz, tomaron asiento en aquel territorio hace ya unos veinte años.

El papel que hasta el final de Agosto le corresponde jugar al ejército americano resulta ser muy delicado en relación a las represalias que pueda tomar EE.UU con tal de cobrarse el precio por las vidas de los trece militares asesinados en el atentado de ISIS. Si bien, el Pentágono anuncia del riesgo inminente de nuevos ataques en la capital afgana.

España ha respondido dignamente con su participación y ha dado por terminada la evacuación de sus tropas sin haber sufrido bajas. Mientras tanto, en la bases de Rota y Torrejón de Ardoz, se van acomodando los primeros refugiados a quienes los españoles han brindado una hospitalidad muy por encima de la de otros países más ricos y de la de aquellos otros del este que por su proximidad con el conflicto, han permanecido a la espera de circunstancias favorables en un pésimo gesto de cobardía humanitaria para con sus afligidos vecinos.

El Gobierno español ha sabido solucionar adecuadamente el conflicto en el que se ha visto inmerso, dando ejemplo de colaboración desinteresada en favor de todos aquellos afganos que fueron destinados a distintos servicios mientras nuestro ejército se mantuvo presente en Afganistán y que han sido debidamente premiados con su expatriación a nuestro país.

Ya habrá tiempo de dilucidar si tal como asegura la oposición, Pedro Sánchez hubo de advertir  o no al Congreso antes de tomar la iniciativa humanitaria de expatriar a todos los colaboradores que pudo en el límite tiempo que les concedió el gobierno talibán a las llamadas tropas de ocupación.

zoilolobo@gmail.com

Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes

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