Se acaba el año y con él toda esperanza de alcanzar los acuerdos indispensables para resucitar unos presupuestos generales que han significado el punto de apoyo necesario del gobierno socialista donde anclar la palanca con la que impulsar el compromiso de protagonizar una nueva legislatura que se avecina, pero tan perseguida también por el propio Partido Popular.
Junts habría sido, por compromiso propio, ese punto de apoyo donde anclar las pretensiones políticas de Sánchez, pero Puigdemont, por boca de su portavoz en Cataluña ha exigido ahora un nuevo tratamiento del principio de acuerdo entre ambas fuerzas políticas que en nada beneficia a las aspiraciones del Presidente del gobierno.
Si a todo ello le sumamos la tenaz persecución por parte de un lebrel jurista como Peinado a la que está sometida la esposa del Presidente Sánchez, además del pesado lastre que significa el llamado caso Koldo para los intereses del Partido Socialista, no cabe la menor duda de que nos espera una cruda realidad con la que no debiéramos atragantarnos durante la despedida del 2024.
2025 será otra cosa bien distinta a nivel nacional, independientemente de las guerras que continúan librándose en distintos lugares del mundo y que tanto afectan a las economías de otros tantos países, amén de contar para ese año con un nuevo presidente USA tan belicista como el Sr. Trump, que ya empieza a amenazar con un nuevo Orden Internacional que seguramente también influirá en el contexto político y financiero de la “nueva” Europa.
Por todo ello y por lo que, presumiblemente, siempre esperamos al entrar en un nuevo año, es por lo que me asaltan nuevas pretensiones de una esperanza de la que no soy depositario, sino que depende del albur que nos depare las imprevistas circunstancias que, a priori, no podemos barajar como satisfactorias.
No obstante, ¡FELÍZ AÑO 2025! En especial a todos aquellos compañeros que también colaboran con sus distintos artículos en Kiosco Insular.
zoilolobo@gmailcom
Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes