Estuve en Kuala Lumpur, mucho más que las Torres Petronas y sus playas no visite.
Cuando me ordenaron ir a inspeccionar un Boeing 747 200 la noche anterior soñé que estaba en un lago viendo como encendían los globos de Cantoya para pedir deseos.
Cuál no sería mi sorpresa de estar cenando frente a un lago y ver realizado mi sueño, quedé totalmente impresionado de ver o presenciar algo que había soñado en España.
Finalizada mi estancia no pude dejar de sonreír en el control militar de seguridad en el aeropuerto.
Cuando me hicieron vaciar mis bolsillos apareció una cruz de Jesús en mi bolsillo, siempre la llevaba. La cara del agente cambió de color radicalmente. Pero no acabo aquí la historia, siempre viajaba con una pequeña Biblia, francamente eso fue mucho para que resolvieran en la seguridad, mi maleta ni la tocaron.
Una vez en la puerta de embarque me encontré con un grupo de monjas católicas en tránsito a Europa. En la puerta de embarque les referí mi historia y la monja me contestó no hay mejor pasaporte que el de Dios.
Todavía hoy este recuerdo permanece en mi retina, sin ánimo de ofender a nadie, pues respeto todas las creencias.
Tomás Cano Pascual
Asesor de líneas aéreas
Delegado para Europa de Air Panama
Fundador de Air Europa