Al parecer, la Ley de Amnistía continúa su curso favorable a Pedro Sánchez para, por fin, poder mantenerse como Presidente del gobierno a expensas de una oposición rabiosamente interesada en defenestrarle en base a las supuestas implicaciones fraudulentas de un Ábalos que se resiste a desprenderse de su acta de diputado y mantenerse en solitario en el Grupo Mixto como un apestado socialista que no ha podido o sabido mantenerse lo suficientemente alejado del grandullón Koldo como para evitar su implicación en la corrupción llevada a cabo en el caso de las dichosas mascarillas de las que se han beneficiado económicamente tantos comisionistas de pacotilla al amparo de un exacerbado nepotismo político. No olvidemos a Tomás Ayuso, Medina, Luceño y distintos familiares directos de la clase política y financiera de este país.
Tellado continúa disparando sin cesar su verborrea a diestro y siniestro contra todo socialista que aparece en el visor circular de su arma reglamentaria como portavoz que presume ser del Partido Popular al que pertenece. Sin embargo y al parecer también el tendría mucho que esconder en relación a la corrupción que una vez destapada pretenden ahora esconder bajo las pesadas alfombras que cubren los ya de por sí sucios suelos del Parlamento.
Ni que decir tiene que a pesar de los flecos que aún quedan por atar, Esquerra Unida se encuentra a punto para cerrar el trato con el Partido Socialista en relación a la viabilidad de culminar definitivamente el tema de la tan deseada Amnistía para Puigdemont y adláteres. Lo que quiere decir que a cambio de investir a Sánchez como Presidente, también los catalanes salen beneficiados en la medida que casi todos esperaban, habida cuenta de las grandes dificultades planteadas no sólo por parte de la oposición en sí sino, además, por el criterio anunciado de ciertos barones socialistas para quienes Puigdemont es considerado como un delincuente y traidor a la unidad de una España a la que algunos renuncian en favor de una futura independencia de Cataluña.
De manera que en este espeso caldo de cultivo nos encontramos inmersos la mayoría de todos aquellos a los que nos importa el sesgo que puedan tomar las decisiones políticas de unos pocos en relación al bienestar de los millones de votantes que cada cuatro años nos tomamos el beneplácito de asistir a votar en favor de quienes deberían dar ejemplo de integridad profesional además de rechazar de plano toda aberración de lo aceptado como lícito.
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Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes
