jueves, enero 16, 2025
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Nos jugamos la libertad

Si tuviera que decidir si debemos tener un gobierno sin periódicos o periódicos sin un gobierno, no vacilaría ni un instante en preferir esto segundo

Thomas Jefferson (1743-1782). Tercer presidente de Estados Unidos de América

El Parlamento Europeo condenó el pasado 19 de enero a Marruecos por la violación de los Derechos Humanos. Reprochó su política represiva contra los periodistas críticos sometidos a acoso, intimidación y vigilancia. Alguno de ellos se ha exiliado. Un periodista español sufre esta persecución.

La Cámara instaba a “respetar la libertad de expresión y la libertad de los medios de comunicación”, a “garantizar a los periodistas encarcelados… juicios justos” y pedía a las autoridades marroquíes “que pongan fin a la vigilancia de los periodistas, también a través del programa espía Pegasus”.

La resolución fue aprobada por 356 votos a favor, 32 en contra y 42 abstenciones. Los socialistas españoles votaron en contra desmarcándose del grupo socialista europeo, uniéndose a la extrema derecha de Le Pen. El único voto a favor de la resolución fue el de la presidenta del grupo socialista europeo, Iratxe García. El Partido Popular Europeo no participó en la votación al oponerse a cualquier tramitación de las resoluciones de urgencia. Perdió así la gran oportunidad de manifestarse ante un asunto de tanta trascendencia.

Marruecos ocupa el puesto 135 de los 180 en la “Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2022” de Reporteros Sin Fronteras. España ha caído tres puestos situándose en el puesto 32. Del informe de RSF podemos extraer los datos siguientes respecto del país vecino:

  • En Marruecos, la libertad de expresión y de prensa carecen de garantías legales, y los periodistas sufren presiones constantes para someterlos al poder y ponerlos a sus órdenes.

La auténtica libertad de prensa exige un espacio protegido para la libre circulación de noticias, ideas y opiniones.

  • En el reino alauita no existe la diversidad de opiniones políticas, por lo que no hay pluralismo informativo. Los medios y periodistas independientes se enfrentan a graves presiones.

La información ha de ser plural como expresión de la libertad ideológica. La falta de pluralismo informativo niega la existencia de libertad ideológica y del derecho a la información.

  • En el reino magrebí, la propaganda y la desinformación se imponen al derecho a la información y están al servicio del poder.

La propaganda elimina los hechos y mantiene la ideología con la finalidad de influir sobre las emociones, actitudes, ideas, juicios y acciones de otros.

Las noticias falsas siembran dudas, exageran, inducen a error, manipulan o mienten sobre acontecimientos sucedidos.

  • En Marruecos, las redes sociales y las webs informativas son la principal fuente de información.

Las redes ocupan el lugar de los medios de comunicación y dificultan el ejercicio profesional del periodismo.

  • En el reino magrebí, el trabajo de los periodistas está limitado por las líneas del régimen. Su Constitución prohíbe la censura previa, pero cualquier publicación crítica puede ser objeto de demanda judicial.

La censura previa no puede admitirse como límite de la información ni de la opinión. Ningún gobierno puede decidir lo que se puede o no publicar o difundir.

  • En el reino alauita, la desinformación se ve acentuada por el periodismo sensacionalista y de rumorología al no existir una protección al honor, la intimidad ni a la imagen.

Todos los derechos fundamentales tienen límites. El derecho a la información los encuentra en el derecho al honor, la intimidad y la imagen.

  • En Marruecos, las detenciones de periodistas sin orden judicial y la acusación de graves delitos a los periodistas independientes son constantes.

La libertad de prensa exige un espacio protegido para la libre circulación de noticias, ideas y opiniones. Sin verdadera información no hay una sociedad democrática porque ésta se nutre con opiniones diversas.

Ante el panorama expuesto reviste especial gravedad el voto del socialista López Aguilar, quién encima está al frente de la Comisión del Parlamento Europeo de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos de Interior que vela por proteger los derechos y las libertades. Al día siguiente de no condenar el desconocimiento del derecho a la información por Marruecos, el político declaraba que el vínculo con este país exige ‘’tragar sapos, si hace falta». Pues, sí debe hacer eso, debería dimitir de la Comisión de Libertades.

Trujillo, ministra de Vivienda con Rodríguez Zapatero, manifestó su alegría con el voto del PSOE y declaró “que en Marruecos se respetan los derechos humanos y hay libertad de expresión».

La opinión de los socialistas españoles sobre la libertad de información y de prensa es alarmante. Se agravan las razones para desconfiar de la lucha del gobierno contra la desinformación, una de las líneas prioritarias de trabajo en la ‘’Estrategia de Seguridad Nacional’’.

Recordemos que ningún gobierno podrá decir qué es lo que se puede emitir, publicar o difundir. No se puede tolerar un Ministerio de la verdad.

La lucha de los periodistas es esencial, pero también debiera serlo la de los políticos que nos representan, los primeros obligados a luchar por los derechos fundamentales. Su dejadez deja desamparada a la sociedad española en su conjunto.

El reto es difícil, pero nuestra libertad está en juego.

Doctora en Derecho.

Licenciada en Periodismo

Diplomada en Criminología y Empresariales

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