Mucho maquillaje en la jeta del señor presidente y muy amable en sus respuestas, pero leche de machanga. Perdido en su propio caos, volvió a no decir nada en su comparecencia semanal: lost in traslation. El Gobierno no tiene ni idea de la situación epidemiológica porque no ha hecho los suficientes test. El Gobierno tiene miedo a que las autonomías se le subleven, se rompan pactos y haya discordancias graves sobre el cese del confinamiento y otras medidas. El Gobierno de España está perdido en el caos y se refiere el presidente constantemente a los demás países de Europa, que están por cierto mucho mejor que el nuestro y que apenas han dejado de hacer vida normal. Me gustó, eso sí, la alusión educada al primer ministro holandés, pero que es que estos todavía se acuerdan de los Tercios de Flandes y de don Juan de Austria. No sienten precisamente simpatía por España ni belgas ni holandeses. Sobre todo los belgas. No sé, me parece que el confinamiento va para rato, aunque la pandemia cede, bien es verdad que lentamente. El señor presidente habla y habla, pero no dice nada. ¿Dónde va a emplear el dinero de Europa? Miles y miles de alquileres no se están pagando, ni de viviendas ni de locales. ¿Qué va a pasar con todo esto? Miles de empleos se pierden y el sector turístico está arruinado. Completamente arruinado. ¿Qué va a ocurrir? Todavía no se dan cuenta de que España –y más Canarias y otras regiones turísticas– tendrá que reinventar su economía, ponerla en marcha desde cero. Sí, buena puesta en escena, mucho maquillaje y muy amable, pero, total, nada. Parole, parole, parole, sin ofrecer una situación exacta del país y confiando –¡a buenas horas, mangas verdes! – en los expertos. Cada experto dice una cosa distinta, pero este virus no se combate con gárgaras de piche. Este virus provoca exageraciones, descuidos, caos sanitario, muerte. ¿Qué hacemos, presidente? ¿Nos maquillamos?
