miércoles, diciembre 6, 2023

Todos contra todos

Cosas de chicos menudos

En mis tiempos de EGB, cuando no nos poníamos de acuerdo en el recreo para formar dos equipos y “echar” un partidito, decíamos: “Vamos a jugar todos contra todos”. El juego colectivo se convertía en individual y cada uno de nosotros, si convertía una canasta o un gol iba sumando individualmente. Era muy injusto, los más talluditos siempre se llevaban el gato al agua y ganaban, jugar en equipo era más equitativo.

En España, desde hace unos años se ha instalado el “todos contra todos”. El rey y el emérito según dicen, están en malas relaciones. Las infantas peleadas con el mundo por un quítame allá una doña. El gobierno de la nación dividido en varias facciones y haciéndose oposición a sí mismo. Los políticos de cualquier color intentan arrimar el ascua a su sardina. Las comunidades autónomas de rebajas para conseguir llamar a los inversores con sus beneficios fiscales. La competitividad comercial ha quedado en un juego de niños al lado de estos movimientos políticos.

Por otra parte, el denominado cuarto poder ha olvidado el eslogan “perro no come perro” y se despedazan en las distintas plataformas de Internet y audiovisuales. Cada uno de los voceros de sus respectivas ideologías se atribuyen ser los que van con la verdad por delante. Una verdadera vergüenza descubrir las malas mañas que han empleado para destapar presuntas corrupciones. Ningún político se ha librado de la sombra de la duda y mientras tanto, cada uno de los lectores, televidentes u oyentes quedándose con la versión que más le satisface. La verdad cuenta poco.

En el resto de Europa no están mejor las cosas, Reino Unido atravesando una crisis brutal, Alemania temblando, Francia intentando beneficiarse a costa de España y Portugal, Italia con melones a precio de ganga… van a acabar de melón hasta la coronilla. Gasoductos presuntamente saboteados, los rusos haciendo de las suyas en Ucrania y reclutando en el peor estilo totalitario… una locura.

Cada día que pasa el pueblo se va inundando de la misma soberbia de la clase política, si ellos lo hacen yo también puedo. Si me dan a elegir me quedo sin ninguno. Series de televisión para mayor loor al líder, discursos erróneos que son incapaces de corregir o puntualizar, recomendaciones disparatadas de ministros y ministras, sindicatos engrasados para no ir contra el gobierno, oposición inexistente, radicales de todos los colores dando publicidad a sus soflamas… a gusto del consumidor.

Cada legislatura, se adelanta más y más la precampaña electoral y eso es insoportable. Nosotros somos insoportables que permitimos que la política rastrera nos nuble el sentido común–Confucio.

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