- Cuando un cargo público habla, sube el precio del combustible
Un personaje público, según mi criterio es aquel que tiene cierta relevancia y es reconocido por la mayoría de las personas donde su cargo tiene cierta influencia. Por ejemplo, en alguna ocasión hemos podido leer a un alto cargo eclesiástico diciendo barbaridades sobre temas de abusos de menores y que ya fueron valorados en su momento. También hemos escuchado cambios de opinión en las versiones de las promesas electorales y que ya han sido criticadas o defendidas por las diferentes terminales mediáticas; con gran escándalo por parte de aquellas personas que primero se ponen los pantalones y luego los calzoncillos.
Llevamos varios meses sufriendo pregones de promesas que poco a poco se convierten en mentiras o cambios de opinión. En este punto quiero aclarar que el vómito me lo provoca cualquier barbaridad zurda o diestra… me da igual. Les recuerdo que cada día, cada mes, cada año somos el sostén de las administraciones públicas, no podemos olvidar el soniquete que nos recuerda que somos ”Contribuyentes todos y pobre del que no lo sea”.
Leo con inmenso descojono por mi parte unas declaraciones de la primera señora que preside el Cabildo Insular de Tenerife. Las ha hecho en el Diario de Avisos de este domingo del Señor seis de agosto de dos mil veintitrés. Textualmente se dice:
-Administrativamente hablando, ¿cómo se ha encontrado el Cabildo de Tenerife?
“Me he encontrado, sobre todo, a gente con ganas de trabajar. Yo creo que cuando miras para detrás te quedas paralizada y te conviertes en estatua de sal. Yo siempre miro al futuro, no tengo nada que decir respecto al anterior Gobierno, haremos nuestro proyecto para Tenerife, lo que era bueno para la Isla continuará, lo que se pueda mejorar, lo mejoraremos, pero no vamos a entrar en mirar cajones, ni levantar alfombras, aquí se mira para adelante, no tengo ni un minuto que perder y creo que Tenerife y su gente tampoco, ni lo merece”.
¿En serio? Según esta excelentísima señora no se va a mirar en las gavetas (cajón es godo, señora) ni a mirar debajo de las alfombras. Supongo que eso querrá decir que todos los que la han votado y al partido popular -que según parece estará de acuerdo- para evitar, por ejemplo el circuito del motor de Tenerife se quedan con la “chiringa” en la mano. La fiscalización de las actividades en las instituciones deber ser una prioridad.
Deberíamos recordar que el dinero que se maneja en las instituciones públicas no es de las señoras o señores que ocupan las poltronas, es del pueblo y al pueblo se le debe una explicación. Esta tierra se ha convertido en un puto cortijo donde los que nos gobiernan creen que pueden hacer lo que quieren. Me estoy ciñendo a las palabras de esta señora, no pongo ni quito una coma de lo publicado en el Diario de Avisos. Seguramente habrá alguna explicación convincente, como suele hacer la casta.
Lo más lamentable es que el poema de las golondrinas se ha reconvertido en: Volverán los bocadillos de mortadela a sobrevolar las mesas festeras. En fin, cada pueblo tiene lo que vota. – Confucio.