sábado, septiembre 23, 2023
InicioEL RINCÓN DE CONFUCIOMerma (importante) de la libertad de expresión

Merma (importante) de la libertad de expresión

  • Y  todos callados como puertas

Cada día, hora, minuto, segundo… se incrementa la merma en la libertad de expresión –con minúsculas– en los medios de comunicación, redes sociales y lo que es peor, en nuestro propio deambular por los espacios públicos de nuestro país, de Europa… del mundo. Seguramente se preguntarán a qué viene esta disparatada diatriba que les planteo hoy; es sencillo, un amigo y compañero de líneas le han sancionado en la nueva red social porno, la que sustituyó el pájaro por la X… como los cines de antaño. Según parece por noséquegilipollez que el nuevo dueño con poderes especiales ha implementado.

Reconozco que tengo bastante mala leche y en multitud de ocasiones he mandado literalmente a “tomá po’culo” a un ingente número de políticos, periodistas sectarios, medios, cuerpos de seguridad y a puñados de imbéciles que pululan por la pornográfica red. Debe ser que soy irrelevante –que lo soy– y estas y otras lindezas no son lo suficientemente agresivas para suspenderme. Tampoco la ingente cantidad de mierda que hay en millones de vídeos y comentarios. Como diría un antiguo presidente del Congreso de los Diputados: “Manda güevos”. Según parece las frases institucionalizadas por estar en el libro de sesiones no son soeces, así que ya pueden imaginar la cantidad de barbaridades que podremos escribir o decir.

Las libertades individuales y colectivas han mermado de manera escandalosa, la más reciente la de su sanchidad, pasándose por el forro de sus caprichos la Constitución y dejarnos encerrados tres meses y obligando por sus santos cataplines a vacunarnos según recomendaba un comité de técnicos que nunca existió. La libertad está en peligro y todo empezó bajo el paraguas de los gringos –año 2001– obligando a todo dios a entrar por el aro con la excusa de la seguridad.

Ahora llega la agenda veinte–treinta, Orwell se quedó corto. El Foro de Davos nos va a involucionar en una situación en la que nuestros hijos y nietos van a añorar vivir como eremitas alejados de las ciudades. Es obscena la situación en la que vivimos con total disciplencia. Deberíamos leer un poquito más… no lo que les ofrecemos nosotros desde los medios de comunicación. ¡Busquen información, coño! Y escandalícense como lo hago yo. Entenderán muchas cosas. Ojo, no es una cuestión conspiranoica.

Volviendo a la red porno del antiguo pajarraco azul. Desearle al señor censurado que no decaiga en sus ánimos por denunciar aquello que cree justo, sus ideales y su arte; somos lo suficientemente maduros para saber que todo el estercolero de redes sociales, medios y demás zarandajas es pura mentira. La verdad es nuestra, como decía mi tan mentado Orwell… “En una época de engaño universal decir la verdad es un acto revolucionario”. Amen. –Confucio.

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