sábado, diciembre 14, 2024
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Sáhara Occidental

Por extraño que pueda parecer, la decisión tomada por Pedro Sánchez respecto a su repentino apoyo a Marruecos, aparentemente incondicional, a espaldas de sus socios y de la oposición misma sobre un tema tan delicado que bien pudiera afectar directamente a la autodeterminación del Sahara Occidental, no resulta ser tan baladí como muchos creen entender, habida cuenta de los intereses que, sobre la zona en cuestión, también parecen afectar a la vecina Argelia.

Independientemente de la desconsideración política que se desprende de su actitud personal para con sus socios de gobierno y la falta de comunicación para con la oposición, parece del todo imperdonable el abandono al que ha sido sometido el Sahara por quienes, durante tanto años, hemos sido sus beneficiarios y a los que todavía deberíamos un amparo a sus intereses políticos y de autodeterminación como protectorado que fue de España entre 1958 y 1978, año, éste último, en el que tras la llamada marcha verde, fue definitivamente abandonado sin haber traspasado siquiera su soberanía y sin culminar el proceso de descolonización pertinente.

La reciente entrevista de Pedro Sánchez con Mohamed VI, muestra bien a las claras las intenciones del gobierno español para tratar de saldar la cuenta pendiente de carácter migratorio que tiene hoy con Marruecos y que afecta directamente tanto a Ceuta como a Melilla al otro lado del estrecho. Sin embargo, España cuenta con un aliado de excepción con intereses particulares en la zona como resulta ser Argelia, a quien no debería descuidar si no quiere verse envuelta en un conflicto aún más grave como el que pueda desatar en esta crisis de guerra su dependencia directa del gas que produce aquel país.

De manera que dada la importancia que tiene la política exterior española en África del Norte, no parece de recibo andarse con recaditos personales a espaldas de todos los implicados en un conflicto que España hubiera debido haber dejado resuelto en el mismo momento en que decidió abandonar el Sahara Occidental, con el desamparo que significaba para los saharauis no disponer de los medios necesarios para poder defenderse por sí mismos y poner a buen recaudo las minas de fosfatos explotadas desde mediados de los años sesenta del siglo pasado y que todavía hoy despiertan la codicia de los países vecinos.

zoilolobo@gmail.com

Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes

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