Mi madre, que en paz descanse, solía mirarme de vez en cuando de arriba abajo a lo largo de mi deprimente infancia para proferirme frases como ésta: “Pareces un perdulario” Yo no tenía entonces ni idea de lo que pudiera significar perdulario, pero sin embargo, la palabra representaba para mí una incógnita que yo despejaba siempre a mi favor, envolviéndola en un cierto halo de misterio y con la que, en realidad, no me sentía representado por cuanto yo imaginaba que podría referirse a un ser taciturno, alto, joven y desgarbado que no se correspondía conmigo, pero que se presentaba de improviso y en silencio entre todos nosotros, los niños que entonces formábamos la banda de la calle San Juan de La Cuesta.
De tanto oírselo decir a mi madre, aquel epíteto despertó con el tiempo mi curiosidad y decidí acudir al diccionario para apearme de aquella nube de imaginación infantil que duró hasta bien entrada la adolescencia.
Según el diccionario, el significado de perdulario hace alusión a alguien que suele perder cosas frecuentemente o descuidado en su persona. Sus sinónimos se refieren a un ser dejado, incorregible, negligente, entre otros.
Pero conociendo a mi madre como yo la conocía, perdulario iba mucho más allá de la connotación física o psíquica del personaje; hasta el punto de que la única persona que podría reunir todos los requisitos posibles de su etimología era precisamente yo, su propio hijo.
De manera que tampoco la palabreja parecía ser un insulto del que tuviera uno que arrepentirse sino que simplemente se trataba de un adjetivo que podría muy bien retratar no a mi sólo sino también a muchos de los adolescentes negligentes, incorregibles o dejados que pululaban en nuestro entorno más inmediato.
Lo que sí siempre creyó mi madre era que, afortunadamente, yo no era lo que entonces se conocía como un gaznápiro y precisamente eso es lo que me redimía de haber podido ser un perdulario aunque con escrúpulos. No voy ahora a desvelar el significado ni la etimología de gaznápiro sino advertirles de que en La Cuesta, donde pasé mi infancia se usaba bastante porque gaznápiros también hubo muchos y muy conocidos.
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Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes