miércoles, octubre 9, 2024

Guerra sucia

La guerra sucia de la política española se da cita en Madrid de manera encarnizada. Mientras Feijóo y Ayuso intentan despertar al fantasma de ETA, dormido de por vida por parte de Bildu, Tomás Ayuso aparece colgado en la calle Goya de una espectacular pancarta supuestamente atribuida a Podemos, pero con una gran diferencia entre ambos hechos: si bien los responsables de la entonces ETA ya han pagado y continúan pagando por sus hechos, Tomás Ayuso no ha sido ni siquiera reclamado por la justicia para dar explicaciones sobre las comisiones recibidas por su intervención durante la pandemia en el logro de mascarillas protectoras contra el COVID; sin embargo, sus otros dos cómplices, el duque de Feria y el señor Luceño sí que ya han acudido a comparecer ante los jueces de turno imputados por el mismo delito.

Desprestigiar al enemigo político con alarmantes precauciones contra Bildu, no se corresponde con un estado de derecho al que estamos sometidos todos los españoles sin excepción, sin olvidar que este gobierno de coalición ha sido refrendado en las urnas.

Madrid no debe ser patrimonio particular del Partido Popular. Es cierto que allí han ganado las municipales y tanto Isabel Ayuso como Almeida campan a sus anchas, tanto como ancha es también Castilla, pero ello no les otorga el privilegio de substituir, entre otras cosas, la Educación y la Sanidad Pública por las privadas en detrimento de la clase trabajadora y con menos recursos económicos.

Por todo ello y a una semana de las próximas elecciones, los partidos deberían preocuparse y publicitarse por los logros conseguidos y no tanto por los grandes defectos que acumulan sus enemigos políticos, ahítos del poder absoluto que otorga las urnas, como ha sido el caso de Isabel Ayuso en Madrid, quién aconseja ahora a la población a colocar plantas en balcones y ventanas para disfrutar de la naturaleza en la capital. Ya hay quién afirma que tal consejo por su parte se debe a que, -como vulgarmente se dice-, la presidenta está como una “regadera” y eso la obligaría a servir personalmente el agua necesaria a las macetas del todo Madrid.

zoilolobo@gmail.com

Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes

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