El mito diseñado por la prensa deportiva española para hacernos creer que la Liga de fútbol española es la mejor del mundo, ha resultado ser una falacia visto lo visto en el partido de la Liga de Campeones disputado ayer entre el F.C. Barcelona y el Bayer de Munich.
El resultado ha sido indiscutible y ha puesto de relieve la calidad intrínseca y manifiesta del conjunto alemán, a pesar de que su mejor artillero, Lewandowski, no se hubiera estrenado como viene siendo costumbre en él, máxime cuando su equipo le hubo marcado ocho goles al Barça, de distinta y bella factura algunos de ellos.
Bien es verdad que la sombra del Covid-19 ha planeado en todo momento sobre la competición, que los partidos en su última fase se han disputado en campo neutral y a partido único, además de la ausencia de público durante todo el campeonato, condiciones que han perjudicado la solemnidad de la Liga de Campeones. Estos tres factores fundamentales no justifican la derrota del Barça, pero si se deben tener en cuenta a la hora de analizar el rendimiento general de los perdedores, tan poco acostumbrados a jugar en esas extrañas condiciones para las que sí estaban psicológicamente preparados los jugadores del Bayer.
La ausencia de público en las gradas a falta de la necesidad de un partido de vuelta en la última fase de la competición, han sido las claves para que clubes de las características técnicas del Barça hayan sucumbido ante una temible formación como la del Bayer. Todos sabemos lo que significa para los clubes latinos disponer de la motivación necesaria que significa jugar incluso contra la afición contraria a falta de la suya propia y todo lo que ello implica en la moral para el rendimiento del equipo.
Excusas aparte, el carisma que desprende Enrique Setien en el Barça no parece ser el propio de un entrenador de primera división. Enrique Setien no ha sabido granjearse la suficiente confianza del colectivo de jugadores y mucho menos la de sus capitanes, que han visto en él claros síntomas de falta de confianza en su quehacer cotidiano como técnico de un equipo por lo regular plagado de estrellas y con una alta estima en sí mismos.
El resultado ha sido espeluznante y, seguramente, marcará un antes y un después en la exitosa cronología del F.C. Barcelona. Cronología que, sin lugar a dudas, incidirá negativamente, sobre todo, en la moral de la masa social que mueve un club de estas características, cuya trayectoria se ha visto profundamente afectada no por la pérdida del partido, pero sí por el contundente resultado en semifinales de una Liga de Campeones.
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Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes