Pese a lo que puedan creer en el resto de España, Cataluña se sumerge con cautela y displicencia en los resultados obtenidos por los distintos partidos en las últimas elecciones, cuyos líderes admiten los escrutinios sin lugar a dudas respecto de quién ha sido el ganador con diferencia de los recientes comicios, sin parafernalias de ningún tipo y asumiendo la victoria como algo que, a priori, se venía anunciando por parte de Partido Socialista en la persona de su líder Salvador Illa.
Excepto Esquerra Republicana, el resto de partidos se han sentido satisfechos con los votos obtenidos y con el posible valor que éstos habrán de tener a la hora de formar alianzas en favor de sus intereses particulares. En especial JuntsXCatalunya, habida cuenta del interés mostrado por Puigdemont en proclamarse President de la Generalitat.
Esta calma chicha que precede a los escrutinios parece un buen augurio para el consenso que se prevé entre los distintos grupos que aspiran a un beneficio electoral dependiendo de las circunstancias que obligan a Sánchez a intentar alcanzar la presidencia del gobierno y el ansia, por otra parte desmesurada, de Puigdemont por regresar a Cataluña y hacerse con la pretendida presidencia de la Generalitat.
Este compás de espera se vive en Cataluña de manera consecuente y sin ningún tipo de acritud como no sea la verbal de la que siempre presumen tato el PP como Vox, indistintamente. Las especulaciones más certeras corren a cargo de la prensa especializada bajo la que la mayoría de catalanes espera pacientemente el veredicto del resultado obtenido de las distintas negociaciones que se barajan y que han de determinar el coste político que habría de pagar Sánchez para poder permitirse el usufructo que se desprende de la Presidencia del Estado; aunque ello signifique sacrificar la Presidencia de la Generalitat en favor de Puigdemont y en detrimento de las valiosas opciones que baraja en su favor Salvador Illa.
Por lo demás, los catalanes disfrutan de una emocionante primavera que se ha traducido en bienvenidas lluvias para el campo y una serena predisposición a aceptar el resultado de unas elecciones con sorpresas incluidas, pero que, sin embargo, muchos esperaban en favor de una concordia política que se está viviendo con mucho interés y mejor mesura.
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Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes
