Existe una grave problemática en las ciudades por la proliferación cada vez mayor de los pisos turísticos en España. Es cierto que están sometidos al régimen de la propiedad horizontal desde la perspectiva legal, pero esto no es suficiente. Los problemas que causan, por ejemplo, en Madrid son enormes especialmente por ruidos excesivos, fiestas, alborotos, etc. Y esto es aplicable a cualquier ciudad española y al resto de los vecinos de los edificios donde existen pisos turísticos, no tienen por qué aguantar las molestias causadas por este tipo de inquilinos, con lo que debería de ser algo prioritario establecer normas o leyes que regulen, de forma minuciosa, la convivencia en los edificios. A esto se añade que algunos bloques de viviendas, en la zona centro de la capital de nuestro país, han sido copados por las viviendas turísticas. Además, se deterioran los elementos comunes de los bloques de viviendas en muchos casos, por causa de los pisos turísticos. De hecho, en Madrid, están al límite y muchos vecinos temen los fines de semana. Ya que acuden grupos de jóvenes que no piensan en los demás y producen un alto nivel de ruido y molestias.
Desde algunas plataformas se está diciendo que los edificios no son hoteles. Es cierto que existen muchas plataformas, que ofrecen la posibilidad de alquilar viviendas turísticas, pero se observa que hay muchas ofertas irregulares o ilegales, ya que las licencias son obligatorias. Frente a las formas de alojamiento convencionales como hoteles, hostales y pensiones están los alojamientos turísticos, que son más baratos y disponen generalmente de más espacio, pero esto no supone que los ciudadanos tengan que soportar una masificación insufrible. En muchos casos, bastantes vecinos de Madrid se van a vivir a otra zona de Madrid, para no seguir soportando las molestias, ya que no se puede conectar un sonómetro a la policía. Además, por si no fuera suficiente, existen muchísimos pisos turísticos ilegales o piratas en toda España. Esto también supone un fraude para todos, en muchos sentidos. Desgraciadamente, el 75% de los pisos para el turismo de alquiler en internet son ilegales. Debe haber más control, para evitar la competencia desleal y el fraude. Se puede pensar si el turismo masificado acabará con Asturias. Es una pregunta perfectamente coherente, si se piensa en Gijón, por ejemplo, especialmente en el verano. En Mallorca ya se puede afirmar que se percibe un grave problema de convivencia, por causa del alquiler turístico. En los últimos años, los pisos dedicados al turismo han crecido un 204%, frente al 7% de las plazas hoteleras. Muchas personas viven en caravanas en Baleares.
Existe una emergencia alojativa en las islas Baleares. A mi juicio, lo que no se debe consentir es que los vecinos de los bloques de viviendas tengan que soportar hasta lo indecible, los excesos de ruido a cualquier hora de la noche y unos niveles de sonido que superan los límites establecidos, además de otros inconvenientes, con fiestas en grupos no permitidas en pisos. O se toman medidas rotundas y contundentes o las quejas seguirán creciendo. Una mínima calidad de vida es algo exigible. Los que se quieran divertir tienen espacios para disfrutar de la música, para eso están los numerosos locales de ocio que existen, por todas partes, en este país. El respeto a los demás y a su descanso y tranquilidad no es algo negociable ni puede estar sujeto a discusión. Así lo establece la ley y se debe cumplir de forma rigurosa.
Además, es esencial que los datos sobre las viviendas de uso turístico se crucen entre las distintas administraciones implicadas en su control. De esta forma, se lograría que disminuyera el número de viviendas piratas o ilegales. Si a esto se suma un sistema de inspección ágil y eficiente, los resultados serían notables, en la lucha contra el fraude y la ilegalidad. Es una tarea difícil, pero no imposible. Las denuncias no son suficientes para parar la avalancha de pisos de uso turístico ilegales, por diversas razones, que son fácilmente entendibles y que están en la mente de todos.
También deben producirse cambios estructurales en la oferta turística en relación con los precios y las ofertas de los hoteles, de tal forma que los alojamientos en hoteles sean algo más asequibles.
Es necesario también un cambio de mentalidad, porque no vale todo. Es preciso que se establezca una regulación de precios racional. Si bien sucede que, en muchas situaciones, si no se lucha contra la existencia de los alquileres ilegales o piratas, siempre habrá personas que quieran pagarlos.
Doctor en Filosofía por la UNED
Licenciado en Ciencias de la Educación por la UNED