Subo embebido en mis pensamientos al avión. Como si fuera un autómata me dirijo a mi asiento, me acomodo y cierro los ojos. No puedo dejar de pensar que la aviación es Vida, y todo cuanto yo amo.
Será tal vez una excusa para con mis hijas que poco las veo, crecen sin uno darse cuenta, ya no puedo jugar con ellas son mujeres. Sin embargo amo mi trabajo y sigo pensando que la aviación es Vida.
Quien no ha estado alguna vez en un aeropuerto, ese edificio de hierro y cemento está vivo y jamás duerme. Su sangre son los miles de seres de distintas razas, que por espacio de un breve tiempo conviven en él.
La aviación es Vida, eso dice una hermosa niña en su lecho de muerte, en el rincón más inhóspito de la tierra. Si hija le susurra el padre, por fin volverás a jugar como antes, ya llega el pájaro de hierro con tu salvación, pronto estarás buena.
La aviación es Vida, porque sus raíces están regadas por la sangre de muchos. Son tantos, que cuando los cuento me entristece, porque sin darme cuenta, entre ellos están algunos amigos.
Si tantos han dado por ello su sangre, porque no debo darle yo mi vida.
Tomás Cano Pascual
Asesor de líneas aéreas
Delegado para Europa de Air Panama
Fundador de Air Europa