Aspiró al poder supremo y lo consiguió. Apoyó los ideales de la Revolución francesa e impulsó el Código napoleónico y otros códigos que afirmaban y garantizaban los derechos y libertades amparados por los revolucionarios a finales del siglo XVIII en Francia. Desarrolló una actividad frenética a lo largo de su relativamente corta existencia, ya que murió a los 51 años. Hubo periodos en que dormía dos horas diarias, para disponer de más tiempo para la realización de sus múltiples tareas militares y políticas, al frente de su imperio. Tenía un coeficiente intelectual de 145, por lo que se puede considerar que era un genio militar de primer nivel. Se le ha calificado de tirano y dictador.
Con sus guerra y batallas provocó la muerte de millones de soldados y ciudadanos. Se hizo el dueño de Europa y del mundo occidental durante una serie de años. Cambió el mundo y la realidad de su tiempo, de una manera realmente extraordinaria. Algunos le consideran un psicópata, porque era insensible a la muerte de sus soldados y de los del enemigo. De todos modos, creó un sistema de atención sanitaria durante las campañas militares para sus soldados que fue pionero en su época. Compartía el rancho de sus soldados que le adoraban y obedecían. Es un personaje contradictorio, con una personalidad con rasgos complejos. Escribió 33.000 cartas a sus mariscales, capitanes, tenientes, etc., y también a su mujer Josefina. En las misivas lo organizaba prácticamente casi todo de una forma muy minuciosa, desde las provisiones para la campaña militar para la conquista de Rusia con un ejército de 600.000 soldados, hasta las cuestiones de estrategia política y militar de distintos territorios, que formaban parte de su imperio.
Fue un gran lector y le gustaba el arte, la ciencia y también conversaba con científicos y pensadores. Su curiosidad era inmensa. Para Napoleón el término imposible no formaba parte de su vocabulario. Persiguió fundar los Estados Unidos de Europa y casi lo consiguió. Una de las frases que se conservan de Napoleón es: empiezo esperando lo peor. Porque el exceso de confianza y optimismo puede ser algo negativo ya que lleva al desastre, desde su perspectiva. Estaba convencido de que las cualidades esenciales para el logro de las metas o fines buscados son: prudencia, sabiduría y destreza. O lo que es lo mismo, el éxito es el resultado de estas cualidades aplicadas a la vida, por cada persona. En su caso, su meticulosidad, tenacidad y perseverancia junto a su gran inteligencia como general le llevaron al éxito.
Conocía muy bien la psicología humana ya que otra de las frases de Napoleón dice: los hombres son movidos por dos palancas solamente: miedo e interés propio, algo muy similar a lo escrito por Maquiavelo, que es un teórico político que con su obra El Príncipe y en sus otros escritos políticos, puso las bases de la separación de la política y la ética en el siglo XVI. Apreciaba mucho la música ya que nos emociona, es como una especie de conexión temporal con lo divino. Por eso dijo Napoleón que la música es lo que nos dice que la raza humana es más grande de lo que creemos. Daba mucha importancia a hacer las cosas por uno mismo, si se quiere hacerlas bien. Es la forma de llegar a la perfección. Si se depende de los demás, esto no es posible en muchos casos. Para él una imagen vale más que mil palabras, básicamente porque la mentira está extendida en la sociedad de su tiempo. Lo que no implica que no diera un gran valor al lenguaje escrito. En los campos de batalla Napoleón intentaba con toda su inteligencia y coraje controlar el caos para ganar o vencer.
Una de las lecciones de vida que se extraen de la existencia y del legado de Napoleón, es que debemos proponernos un gran objetivo final en la vida y mantenernos firmes y perseverantes hasta conseguirlo. Esto es lo contrario de pensar solo en el corto plazo y en lo inmediato. Otro planteamiento de Napoleón es que, si no somos valientes, no conseguiremos todo lo que podríamos. La audacia es esencial. El legado napoleónico es enorme. Su tumba es magnífica. Cambió su época con su política y sus decisiones. Su trayectoria militar y política sigue siendo estudiada y también sus estrategias en las batallas y su organización del ejército. Dijo que la victoria pertenece a los más perseverantes y él mismo fue un ejemplo extraordinario de lo que afirma.
Doctor en Filosofía por la UNED
Licenciado en Ciencias de la Educación por la UNED