- Ceviche clásico, el plato estrella del Restaurante Ají, Limón y Canela
El Ceviche es el plato típico peruano por excelencia y uno de los que más me gusta en esta vida. Nunca lo como sin acordarme la primera vez, en mi viaje por Concepción, en Chile, armando varios proyectos artísticos con mi socio Miguel A. Vaylón “Misha”. Desde ahí, amor. Sin duda. Los que no hayan probado este majar, tienen que hacerlo, me lo agradecerán. Y este, el que comimos en el Ají, Limón y Canela, el restaurante en zona de La Puntilla en la Playa de Las Canteras, es una experiencia que no olvidarán nunca; como yo no me he podido olvidar de los que nos comimos en nuestra gira artística, hace ya (bueno, no digo los años).
Para los profanos diremos que es un pescado ligeramente macerado en un brebaje que se llama “leche de tigre” (hecha a base de lima y otros ingredientes). Se consigue que el pescado, por efecto del cítrico, se guise y se sirva frio con su toque de cilantro, cebolla roja y su toquito picante los que prefieran esa opción. Además, como guarnición, nos sirvieron choclo, que son esos granos de maíz más grandes de los que usamos acá en España. También nos pusieron su trocito de calabaza. Esa noche, la versión que nos ofrecieron fue la del «Ceviche Clásico», el que se come en el país andino desde toda la vida. Hay más versiones que pueden pedir. Es más, hace poco más de un mes, pude ir a probar una cata de varios ceviches diferentes: el Clásico, de Gambas, de Pulpo, de Atún y de Ají Amarillo. Lo van a hacer más veces. Repito.
Lo que les digo. Es espectacular. En mi Facebook una amiga ponía que en este restaurante es igual que los que había comido en Perú. Pruébenlo, háganme caso y me lo cuentan.
Para empezar, diremos que nos trajeron dos cervezas «Cusqueñas Golden Lager». Es una cerveza tipo pilsen hecha de cebada malteada con lúpulos aromáticos que le dan un punto suave a pesar de sus 4,8º. Nos sentaron en la mesa que da a la ventana, es decir, con el paseo de la Playa de Las Canteras al lado. Un lujazo. Los que lo deseen, también pueden sentarse en la terraza que hay en la misma avenida de la playa.
Tras el Ceviche, nos invitaron a dos platos típicos peruanos, también. El «Lomo Saltado» y el «Seco Norteño». Los platos, bastante cargaditos, fueron mucho para dos; pero los acabamos como dos campeones. División de opiniones, a mi compañera de mesa le gustó más el Lomo y a mí, más el Seco. Mi elección fue porque la carne estaba en el punto en el que mi abuela lo dejaba cuando hacia el guisado de res manchego. Me transportó, de verdad. Ese punto de carne de vaca estofado, siempre viene bien cuando hay bastante hambre. El Lomo Saltado es un revuelto de carne de res, con verduritas y una salsa agridulce que combina bien siempre, dando un toque a barbacoa para paladares de sabores intensos. ¿Saben cómo averiguar si una salsa es buena? Cuando te comes el arroz (que, por cierto, ojalá a mí me saliera así) y lo vas revolviendo en ella para que no se quede nada en el plato. Pues eso nos pasó a mi amiga y a mí.
Para postre, nos trajeron una «Crema Volteada». Es un tipo de flan que los peruanos fueron modificando de la receta que le llevamos desde España. La textura es más densa que la nuestra y hecho con leche condensada y evaporada.
Con este menú, ya les digo que dos comensales salen más que saciados. Y aviso, los que conozcan el ceviche lo valorarán y los que no lo conozcan, querrán repetir. Ya saben, cuando estén por las Canteras y surge que se tienen que quedar a comer, ya sea en el restaurante o en la terraza, esta es una opción con la que van a quedar bien, sobre todo; si quieren quedar bien.
La invitada
En esta ocasión, la invitada fue la tercera opción del sorteo, la primera fue un perfil de una amiga que está en la península de vacaciones, la segunda fue un familiar (mi hermano) que cedió el sitio para que no pareciera tongo y así llegamos a María Jiménez, que había compartido la foto desde mi perfil de Facebook.
A María la conozco (y le cogí cariño) desde hace muchos años. Recuerdo que me habían invitado a participar de jurado en un certamen de belleza y con la persona que me invitó, después, nos fuimos a celebrarlo. Y me la presentó, nos dimos los teléfonos, y nos agregamos a las redes sociales para no perdernos de vista. Y nunca lo hemos hecho. No nos faltan los “likes” en nuestras fotos, ni un apoyo a nuestros proyectos.
Con el tiempo fuimos creando amistad, y menos veces de las que debiera, pero si bajo a la zona de Telde, suelo avisarla para charlar un rato y arreglar nuestros mundos desde nuestros puntos de vista tan diferentes. Siempre diré que lo importante no es pensar diferente, lo que mantiene a los amigos cerca es respetar esas diferencias.
Así que, me alegro que hayamos compartido una experiencia más en esta vida. Ella no había probado el Ceviche y, espero, a que, desde ahora, se haga fan.