Ser consultor aeronáutico como cualquier otra profesión no es fácil.
Hay ocasiones en las que mis reflexiones o análisis del mercado potencial de clientes es siempre el mismo.
Cualquier consultor enfocará su gestión en ayudar a mejorar, resultados en todos las áreas, pero lamentablemente no es así nadie quiere ayuda antes de la tormenta perfecta.
Hace unos meses tuve una llamada curiosa con Hispanoamérica la voz que contestó fue lacónica: ¿Tiene la plata para salvar a mi empresa?
Esto se ha convertido en un sector de “Ficciones”. Gentes que preguntan y planean nuevas empresas aéreas y necesitan 200 millones de dólares y uno se pregunta para qué tanto y en otros casos por qué no se han dejado ayudar antes. La respuesta son los egos revueltos de este sector.
Empresas aéreas que cada día necesitan más y más. No hay fin de ejecutivos con bonos anuales estratosféricos. En fin, el libro de “Ficciones” es importante y hay que doctorarse en esa especialidad.
Al final los que pagan con creces son los equipos humanos que las conforman.
Pocos consultores en función de los resultados se pueden sentir satisfechos. Al consultor en muchísimos casos se le considera el potencial inversor en una interpretación errónea de su rol.
Tomás Cano Pascual
Asesor de líneas aéreas
Delegado para Europa de Air Panama
Fundador de Air Europa