¡Hola, buenos días!
Soy un simple globo, o mejor dicho, lo que queda de él. Ya no puedo presumir de nada, pues ni siquiera me queda un poquito de helio en mi interior, pero dentro de mi padecer y decadencia, estoy contento…ha amanecido un día más y compruebo que sigo aquí.
Creo que ya van seis meses aproximadamente, desde que mi pequeño y desconsolado dueño me perdió y no crean que no pasé algo de miedo en esos primeros instantes, pero la providencia me ofreció esta rama para agarrarme y aquí sigo, muy maltrecho, pero… ¡sigo aquí!
Un vecino, un tipo raro que toca la guitarra a todas horas (un tal Fernando), me vigila a diario y como no conozco realmente sus intenciones, estoy algo preocupado y atento a sus movimientos, aunque en el fondo siento que no me quiere mal, pues ha sido testigo de mi sacrificio por sobrevivir durante los ataques del viento, del agua, del sol…
A ratos pienso que el de la guitarra incluso me admira profundamente, pues una vez le escuché calificar mi historia de, «hazaña».
Pues nada, seguiré en esta rama hasta que la misma providencia que aquí me puso me lleve a otro lugar, o me destruya completamente. Mientras tanto, aguantaré más vientos, aguas, soles … y lo que es peor, los «desconciertos» de guitarra del «raro».
