Érase una vez un país donde los teatros, cines, salas de conciertos, películas y actores estaban subvencionados por el ministerio del ramo. Los artistas de todo tipo seguían siempre la línea política de los comunistas de medio pelo sudamericanos o de Centroamérica. No han dado un palo al agua en su vida, pero siempre van de proletarios.
Todos los titiriteros subvencionados celebran cada año una fiestuqui muy chupi para recibir unos premios por películas que nadie ha visto o por canciones que apenas han vendido discos. En esta fiesta, nada proletaria y si muy a lo gringo se suben al escenario de turno con sus trajes de marcas pijas a hacer sus proclamas e intentar influenciar en la opinión pública con sus verdades a medias.
Todos ellos son muy de izquierdas, de dientes afuera, saben que su posición política le dará la pasta necesaria para ver realizados sus proyectos. Su presunto arte no se financia con el dinero del público que va a los cines, teatros o conciertos lo hace con el Erario y claro, no van a morder la mano que les echa de comer.
Este año ha tocado el latiguillo de la sanidad pública; cierto es que hace falta una buena sanidad pública, es una verdad incuestionable. Lo que me hace descojonar es que la mayoría de los que se calzan el micrófono terminan la mayor parte de las veces en la denostada e “ineficiente” sanidad privada. Resulta curioso que este año una importante multinacional sanitaria privada haya sido la responsable de la salud de los asistentes… consejos vendo que para mí no tengo.
Este año, por decreto ley, los titiriteros subvencionados no hablan de guerra o invasión ¿Serán hijos de Putin? Lo de quejarse por meterse en líos se deja para cuando gobiernen los otros. Lo de liberar agresores sexuales o violadores o como coño se llamen ahora, pasa a un segundo plano, no vaya a ser que alguien se moleste y hable en la radio amarilla en contra de ellos.
Hace un poco más de un año una lata de cinco litros de aceite de oliva rondaba los once euros; hoy cuesta casi veintiocho ¿Eso no les interesa a los titiriteros subvencionados? Podría hacer un recorrido por los precios o comprobar cómo han reducido las cantidades de producto en algunos envases para intentar mantener el precio. ¿Quién puede comer pescado o carne? Seguramente los titiriteros subvencionados, sólo basta con ver el menú que les sirvieron… ibérico, paté, salmón, bacalao, morcilla, bacón y muletillas de rabo de toro… ¡Coño, viva la fiesta nacional!
Está muy claro, me equivoqué de profesión y en lugar de filosofo barato tenía que haber buscado una subvención… de titiritero o dedicado a la canción. El mundo de los pagadores de voluntades jamás había estado tan alto y el de los presuntos artistas tan bajo.–Confucio.
