- El “Gran Hermano” europeo al alcance de la mano de la clase gobernante
Dentro de un par de años volveremos al 1984 de George Orwel, el Gran Hermano europeo enseña la patita peluda y asquerosa con la implementación del euro digital, una propuesta del Banco Central Europeo para convertir nuestra moneda en algo similar a las criptomonedas y respaldada por la autoridad monetaria de la Eurozona.
Nos venden la moto con la idea de aprovechar las tecnologías emergentes, como la cadena de bloques, para crear un medio de pago presuntamente más eficiente y seguro. La cadena de bloques es lo que popularmente se conoce como blockchain y no es más que una tecnología que se usa para registrar la información que circula por una red. Esta cadena de bloques no es invulnerable y la seguridad no está garantizada; cualquier error en el código de una transacción inteligente podría llevar a resultados indeseados; la privacidad es otro desafío por la gran cantidad de información particular que almacena y el “caramelito” que gobernantes y poderosos ansían.
El euro digital está en la última fase de su desarrollo, una herramienta que en manos del Gran Hermano europeo será un arma para el control de la población. Se pone en manos de los ya mencionados una herramienta que tiene ventajas importantes, pero es un peligro por sus desventajas en manos de individuos y grupos de poder que ya han demostrado su falta de ética y honor.
Entre las ventajas está la eficiencia en los pagos con unas transacciones rápidas y eficientes; la reducción de costos en comparación con el dinero físico y mejorar el acceso a los servicios financieros. Cualquier ventaja se ve cuestionada por la dependencia tecnológica para poder tener acceso a esta moneda, su vulnerabilidad ante ataques cibernéticos y de piratería, el impacto en las entidades bancarias en cuanto a trabajadores que dirán adiós a sus trabajos o simplemente la opción de tener el dinero en un banco central y la privacidad, usted no podrá hacer un solo gasto o inversión sin que sea rastreado
A todo lo dicho se suma la posibilidad de que gobiernos o grupos de poder intervengan su dinero o simplemente lo supriman. El ahorro podría tener fecha de caducidad si así lo desean obligando a “consumir” sus euros digitales antes de una fecha determinada. Con ello se podría conseguir una reactivación económica obligando a gastar o también el caso contrario, anulamos su dinero porque lo necesita el estado.
No es una teoría de la conspiración, cualquier cosa que se le ocurra a la clase política y a los más poderosos, por descabellada que pueda ser…no la debe descartar. Nos enfrentamos a la posibilidad que con la tan cacareada agenda veinte-treinta no solo nos restrinjan la posibilidad de movernos o tener coche, nos enfrentamos a la posibilidad de ser víctima de unos nuevos señores feudales que nos esquilmarán. Tiempo al tiempo.–Confucio.
