No me cabe la menor duda, pero bien es verdad que tampoco conozco la razón por la cual tienen los gallegos tanta mala suerte por lo que respecta a su litoral. Lo del Prestige parece que, por desgracia, no llegó a ser suficiente y, cuando nadie lo esperaba, para peor suerte de las costas gallegas, una nueva contaminación en forma de bolitas de plástico, como consecuencia de un deplorable accidente marítimo, arriban hoy hasta sus playas procedentes del fondo del mar donde yace el contenedor metálico que hasta ahora las albergaba después de haber caído hasta las profundidades del océano desde la cubierta del carguero que lo transportaba.
La voluntad popular parece insuficiente para llevar adelante el intenso trabajo que significa la recuperación manual de tantos miles de pallets. En mi modesta opinión, el procedimiento debería ser, si bien mecánico, muchísimo más técnico y, si me apuran, también científico por cuanto, al parecer, el plástico no sólo puede provocar serias alteraciones en la dieta de la fauna marina sino también en el propio medio ambiente del que ha presumido siempre Galicia.
Sin embargo, lo sucedido parece ser el marco ideal del que se están aprovechando cierto tipo de políticos para hacerse la foto in situ y demostrar en las redes sociales lo en serio que se toman la catástrofe aún sin tener idea de la magnitud y relevancia de un siniestro de tales características. De los primeros en llegar hasta el litoral, tal y como desembarcaran del avión o el tren, han sido los representantes de Sumar, con sus zapatos de tacón ellas y con calzado para moquetas ellos. La presencia del señor Errejón no puedo decir que no estuviera justificada aunque la de Yolanda Díaz y sus adláteres se justificaba por si misma desde la perspectiva de los fotógrafos de prensa desplazados hasta allí.
La alcaldesa de un pueblecito cercano en la costa ha declarado haber tomado una iniciativa de su ayuntamiento que en particular me parece muy acertada por su parte. Tal atrevimiento razonable ha consistido en pedirle explicaciones a la naviera en cuestión y exigirle la responsabilidad del siniestro y cargar con las costas que se desprendan de la limpieza del litoral de su municipio. ¡Chapeau!
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Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes