“Por si acaso yo no vuelvo, me despido a la llanera” Así debió haberse despedido de su país el candidato Edmundo González –aspirante a presidente de Venezuela– una vez a bordo del avión oficial que lo traería a Barajas después de que el Gobierno Español le hubiera concedido asilo político en nuestro país a partir de unos ciertos documentos previamente firmados por el interesado durante su breve estancia como invitado en la Embajada Española en Caracas.
Sin embargo, en relación con éste tema todo se presta a confusión y, ante la falta de información precisa, a uno sólo le queda la oportunidad de alinearse en favor de las simpatías que despierte cada uno de los candidatos que tomaron parte en las elecciones a la presidencia de Venezuela hace ya algunas semanas y que se zanjara con el tan discutido triunfo de Nicolás Maduro.
Si bien el Parlamento Europeo reconoce como Presidente a Edmundo González sin ni siquiera haber presentado las actas de las votaciones que lo acrediten, es bien sabido que Maduro si habría aceptado el reto de mostrar las suyas en caso de ser exigidas por estamentos diplomáticos superiores, cosa a la que no se ha dado lugar. Ésta es la razón por la que González Pons, diputado del Partido Popular español, ha llegado a acusar ésta última semana a Pedro Sánchez de encontrarse involucrado en el supuesto reciente golpe de Estado llevado a cabo en Venezuela. Ni que decir tiene que PSOE ha pedido la dimisión inminente del diputado del PP.
Mucha mayor confusión aún genera la detención en la frontera con Colombia por parte de las autoridades venezolanas de dos jóvenes, acusados a priori del intento de desestabilizar la paz alcanzada por el momento en el país.
Y luego estamos todos los demás, los que abrimos la prensa cada día y escuchamos y vemos los telediarios cada noche y no nos queda otra opción que la de recoger retazos de discursos proferidos por los candidatos venezolanos y hacernos una idea peregrina de quién podría ser el más apto para desempeñar tamaña responsabilidad de dirigir un país de las características petroleras de Venezuela sin ninguna injerencia extranjera que pueda perjudicar los intereses de las clases menos afortunadas que, al fin y al cabo, son las que defienden su economía.
Al final y como cualquiera en mis circunstancias me puse de parte de uno de ellos. Y lo hice de parte de aquel que no pronunció aquello que si pronunció María Corina Machado en relación a Edmundo González: “Mira que abandonar su hacienda en Venezuela para venir a vivir a Madrid a un piso de 120 metros cuadrados en el barrio de Salamanca”
Ahora si sabrán ustedes a quién me refiero.
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Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes