jueves, octubre 10, 2024
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Al cerrar la puerta

Desde hace meses tengo una sola consigna: vivir y no mirar atrás. Hay que seguir. Sobrevivir, subsistir como si fuera arrastrada por un vendaval. Pero es un ventarrón que vira y vira de dirección.

Voy

Y, la voluntad se impone sobre los sentimientos.

La razón arrasa los deseos. La energía desmantela las aflicciones. El esfuerzo se sobrepone a la tristeza. La tenacidad acaba con las congojas. El empeño esconde las pesadumbres. La perseverancia corrige el abatimiento. El carácter confunde la melancolía.

Vuelvo

Y, el arranque que antes existía desaparece.

La osadía se silencia. El empeño se desfigura. La perseverancia se va. La constancia se esfuma. Las fuerzas se desvanecen. Las ganas se disipan. Las pretensiones se frustran. Las ansias se pierden. Los anhelos se evaporan. La voluntad se dispersa.

Voy

Salgo a la calle a pesar de no ver la luz del sol. Trabajo como un autómata. Paseo por las silenciosas y vacías avenidas. Corro sin prisa para ir a ninguna parte. Hago muecas como si quisiera reír. Como sin ganas, y bebo sin sed. Y cuando voy a dormir lo hago a sabiendas de que será una quimera.

Vuelvo

Y, las emociones siguen ahí acurrucadas. Las pesadumbres permanecen agazapadas tras las puertas. Los sinsabores acechan. El desconsuelo entra cada vez que abro una ventana. Las afectividades siguen desordenadas. Los amores se han perdido y los cariños siguen encubiertos por la maleza.

Voy

Y, veo a mis amigos y familiares que me demuestran cada día lo que son. Me llaman y voy como un ser invisible. Me visitan y estoy. Paseamos y recorro áridos kilómetros junto a ellos. Viajamos y no veo los parajes fastuosos que me enseñan. Cuánto y variado agradecimiento a todos mis amigos, a toda mi familia.

Vuelvo

Y, cada día cierro la puerta. Y, el vacío llena cada rincón de mi casa. Y, el aire se consume en rededor. Se agota y hace imposible mi inspiración. Y, la luz se eclipsa y las sombras aparecen. Y, resurgen los contornos olvidados. Y, reaparecen en mi imaginación las imágenes de un pasado que no volverá. Y, rememoro los suaves murmullos y los dulces susurros. Y, revivo con fuerza los sueños y las fantasías.

Y, las sillas siguen vacías. Y, los sofás desocupados. Y, las habitaciones sin huéspedes. Y, los armarios sin ropa. Y, la cama se extiende vacía por toda la habitación. Y, me adentro en el desierto yermo y solitario, me introduzco en mi hogar.

Y, entonces y solo entonces, me vuelvo a enfrentar con mi vida. Con mi interior. Con mis miedos, mis turbaciones y desasosiegos. Me encaro con mi soledad.

Y… ¿Mañana?, mañana será otro día. Y, un día, cuando menos lo espere, volverá a salir el sol.

Doctora en Derecho.

Licenciada en Periodismo

Diplomada en Criminología y Empresariales

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