Los ecos de las últimas manifestaciones frente a la sede del PSOE en Ferraz, han ido remitiendo de manera paulatina para satisfacción de moros y cristianos. Aprovechando el silencio perseguido, Sánchez ha finalizado por fin de incorporar en su gobierno a los nuevos ministros aportados por parte de Sumar y cerrar definitivamente aquella especulación maliciosa sobre el destino esperado para los partidarios de Podemos.
En mi opinión, este final, por otro lado esperado, se ha llevado a cabo merced a una estrategia bien estudiada de Sánchez y que ha culminado con el resultado que ya todos conocemos. Nos quedará la duda de pensar si el fin justifica los medios, pero ya habrá tiempo a lo largo de ésta nueva legislatura para un arrepentimiento ya fuera de lugar o considerar aquella otra alternativa de “más vale tarde que nunca”
Sin embargo, la derecha española continúa sin digerir la investidura que le fue arrebatada a Feijóo pese a haber obtenido mayor número de votos aunque sin aceptar las reglas de juego que imperan en democracia y que concurren para alzarse con la victoria.
Antes de entrar a valorar si el hecho de otorgar la Amnistía a los políticos catalanes implicados en el procés representa para la izquierda de este país un mal menor si lo comparamos con un posible triunfo de la coalición PP-Vox, o tal vez pueda precisamente servir ello para justificar la arriesgada estrategia de Sánchez de bordear la inconstitucionalidad al acecho de sus posibles consecuencias. Sea como fuere, no creo que la concesión de la Amnistía para los implicados catalanes suponga para la justicia un paso atrás en favor de la democracia; más bien al contrario. Sobre todo si tal medida pudiera venir acompañada de un mejor entendimiento de territorialidad y financiación para Cataluña y también para el resto de comunidades que integran el suelo español.
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Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes
