Estoy convencido del trágico final que le espera al resto de gazatíes que aún sobreviven en la franja a duras penas, muy a pesar de la hambruna y la desmedida crueldad llevada a cabo por Israel mientras sólo unos pocos miembros del concierto internacional de países son conscientes públicamente de la dimensión que ha alcanzado el genocidio. Genocidio que otros muchos estamentos continúan negando sin ni siquiera avergonzarse de un silencio sobornado por Netanyahu en favor de sus propios planes urbanísticos y en connivencia con un discutido Trump, pletórico de inmunidad diplomática bajo amenaza de nuevos aranceles como sólida arma arrojadiza contra el resto del mundo que le rodea, incluidos los escarceos navales sucedidos en las últimas semanas en aguas de Venezuela, con un pretexto tan infantil como la lucha contra el narcotráfico tan lejos de sus aguas jurisdiccionales.
Me he tomado un tiempo prudencial antes de emitir un juicio de valor sobre el particular. Sin embargo, mientras La Vuelta ciclista a España se saldaba con las espontáneas muestras de solidaridad en favor de Palestina y cuya participación acabara con la amputación de algunas etapas, -incluida la última-, el ejemplo asociado a otras muchas protestas en el extranjero no ha sido aún suficiente para un alto el fuego y establecer de una vez una mesa pacífica de negociaciones con los representantes de los países en conflicto al efecto de que pudieran dirimir sus diferencias, lo antes posible, mediante una vía de negociación política que garantice el restablecimiento de la paz y ejercite de nuevo el derecho que le corresponde al futuro Estado palestino y la devolución de todos sus terrenos ocupados por la fuerza. Desde el rio hasta el mar.
Nuestro país, como era de esperar, ha dado sobradas muestras de solidaridad que no se han visto refrendadas por la mayoría política de la derecha española. Me refiero a los partidos de la oposición, representados en particular, por el Partido Popular y Vox. De manera que, en mi modesta opinión, todavía queda mucho por reivindicar; interviniendo públicamente y de igual manera en el escaparate mundial que representa Eurovisión o en el de los distintos eventos deportivos como fútbol o baloncesto antes de que Netanyahu logre llevar a cabo el holocausto que se propone antes de tener que recordarle que sus propios abuelos ya pasaron por algo parecido y en idénticas circunstancias en los campos de la vieja Europa en los primeros años cuarenta de la segunda guerra mundial.
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Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes