sábado, diciembre 6, 2025
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El precio del estereotipo

  • Los estereotipos sobre el continente que se repiten en los medios de comunicación limitan, estrechan y complican el futuro del continente africano: es el momento de cambiar narrativas

Hay días en que uno siente que ha tenido el enorme privilegio de aprender mucho. Hoy es un día de esos, porque debo contarles que acabo de regresar, emocionado y feliz, del V Encuentro de Periodistas África-España, un evento organizado por Casa África y el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (MAEC) que se desarrolló durante dos días en Madrid; tanto en la sede del propio ministerio, el jueves 4, como en CaixaForum, el viernes 5.

Se trata de una aventura que cumple cinco ediciones y a la que apoyan también la Fundación Anesvad, la Fundación “la Caixa” y Binter. Fue una reunión de cerca de 40 profesionales, africanos y españoles, que dedican su vida con pasión y entrega al continente vecino.

En esta quinta edición del Encuentro nos conjuramos para reflexionar sobre dos conceptos: el primero, sobre el impacto que la desinformación genera en la nueva geopolítica africana, un asunto que nos reunió en una intensa y apasionante sesión de trabajo en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores.

El segundo, en CaixaForum, se centró en preguntarnos qué coste tiene el estereotipo negativo en los medios de comunicación que se fija, como una segunda piel, al continente africano.

Hoy quería contarles algunas de estas cosas que hemos aprendido para que puedan entender el impacto que tienen esas imágenes siempre negativas y oscuras de muerte, hambre y miseria que impregnan la mayor parte de la información que la ciudadanía lee o ve sobre el continente africano.

Ese pesimismo constante que viene repitiéndose durante décadas, esa falsa imagen de incapacidad para solventar sus propios problemas, ese fatalismo en tantas noticias, una detrás de otra, tiene consecuencias gravísimas a todos los niveles: económicas, políticas, culturales, incluso morales y sociales.

En este Encuentro de Periodistas en CaixaForum escuchamos uno de los discursos más inteligentes, profundos, trabajados, cargados de datos y de aprendizaje que recuerdo en mucho tiempo.

El profesor Carlos Lopes, un economista de Guinea Bissau que ha ostentado puestos de grandísima responsabilidad en la Unión Africana y las Naciones Unidas, un hombre al que conocemos desde hace años en Casa África y considerado una voz única e imprescindible en el continente africano, nos hizo el regalo de aceptar pronunciar el discurso inaugural del V Encuentro de Periodistas. Lo convirtió en una carta abierta a periodistas, editores y medios de comunicación sobre la importancia de escribir sobre África y, sobre todo, del impacto que tiene hacerlo de manera estereotipada y negativa.

En este mensaje a los medios, Lopes nos recordó la responsabilidad enorme que tienen a la hora de informar de manera adecuada, responsable y justa sobre lo que pasa en el continente africano, porque los estereotipos —nos dijo— también influyen en cómo los africanos se ven a sí mismos, mostrando narrativas que los condenan al atraso y al fracaso.

Carlos Lopes explicó un término que acuñó y que, a la vez, me parece terrible y certero: la migración de la imaginación. Reprochó que los estereotipos hacen que millones de jóvenes africanos crezcan escuchando un relato que reduce su horizonte: más del 60% de las historias sobre África se centra en crisis; solo un 12% son sobre innovación, cultura, ciencia o transformación económica; apenas un 4% examina políticas públicas africanas a medio o largo plazo y menos del 1% integra voces africanas como marcos analíticos principales.

Carlos Lopes le puso incluso precio a esta imagen negativa en los medios. África paga un «impuesto narrativo» en los costos de la deuda que oscila entre los 70.000 millones y los 120.000 debido a que sus países afrontan tasas de interés mucho más altas que las aplicadas a otros con datos macroeconómicos similares. Un impuesto narrativo que, con tantas historias de oscuridad, encarece sin justificación alguna los tipos de interés. Un país africano, puso el ejemplo, paga entre 300 y 600 puntos básicos adicionales cuando emite deuda que lo que le cuesta a un país emergente de similares características en otro continente.

Porque los estereotipos, explicó, penetran en los sistemas de decisión, en las cadenas de mando; influyen en cómo se toman decisiones de inversión y en cómo se negocian acuerdos y se orienta la cooperación internacional, lastrando a su vez el desarrollo y el futuro.

Al impuesto narrativo, nos explicó, le sigue el impuesto simbólico que generan los estereotipos: influyen en cómo los africanos se ven a sí mismos y en la idea de que el éxito está fuera.

Y frente a todo este relato, los medios de comunicación no cuentan el otro relato, el que abre la ventana, el que deja ver la foto completa del continente africano. Una foto que nos muestre que África es un continente sumido en una apasionante y acelerada transición, donde se ensayan modelos urbanos, energéticos, demográficos y digitales que están definiendo nuestro futuro global.

Un continente donde seis de las diez economías con mayor crecimiento proyectado para 2025-2026 son africanas, y la urbanización avanza mediante redes policéntricas de ciudades intermedias que absorben más del 75 % del crecimiento urbano del continente, en lugar de hacerlo a través de megaurbes insostenibles.

Un continente donde más de 30 millones de hogares africanos ya utilizan sistemas solares domésticos para acceder a la electricidad, mientras que en África oriental más del 70 % de los adultos emplea dinero móvil en su vida cotidiana. Y todo ello se combina con una transformación demográfica de enorme alcance: una de cada cuatro personas será africana en 2050 y, además, será joven, probablemente parte de una generación bien educada, más urbana y más conectada.

Carlos Lopes concluyó su discurso explicando que las ventanas estrechas por las que se observa al continente —esos estereotipos— dejan pasar poca luz. Pero si dejamos entrar la luz, cambia la percepción. Cuando cambia la percepción, cambian las decisiones.

Cuando cambian las decisiones, cambia el futuro.

Este Encuentro de Periodistas, en el que hemos puesto a periodistas africanos y españoles a reflexionar sobre el precio del estereotipo, ha sido también nuestra forma, desde el respeto y la admiración, de rendir homenaje a todos aquellos periodistas, editores y comunicadores que se empeñan en luchar contra el estereotipo y en hacer más amplias y luminosas esas ventanas estrechas de las que nos hablaba Carlos Lopes.

Ellos dejaron clara en estos dos días su voluntad de seguir informando de África pese a ser conscientes del muro que desde las mesas de edición se construye ante ellos, pretextando que es un continente que ni “vende” ni interesa. Explicaron por qué les sigue emocionando su trabajo y cuál es su visión sobre la pregunta que nos formulamos alrededor del coste real que tiene una visión estereotipada del continente desde todos los aspectos posibles.

También agradecemos, con todo nuestro corazón, la labor de los periodistas africanos que se acercaron a Madrid desde Nigeria, Liberia, Mali, Camerún, Ghana o Sudáfrica y que, sin reproches ni quejas, explicaron lo que sucede en su lado del espejo y cómo nos estamos perdiendo tantos temas y tantos mundos al reducir su continente a un estereotipo fijo. La participación de todos me parece clave para avanzar hacia un periodismo que derribe estereotipos y combata la desinformación, trabajando juntos y aprendiendo unos de otros.

Ha sido, como les decía, un Encuentro de aprendizaje maravilloso que me hace sentir muy orgulloso del equipo que ha organizado todo esto desde Casa África: Joan Tusell, Ángeles Jurado, Liv Tralla, Loly Betancor y Carla Mauricio, en coordinación con el equipo de la Direccción General para África del Ministerio han hecho un trabajo descomunal para un evento cuya complicada logística implicaba a más de 40 personas.

En los próximos días colgaremos en nuestro canal de YouTube entrevistas a todos estos periodistas que se empeñan en seguir abriendo ventanas y también compartiremos el discurso de Carlos Lopes, que sinceramente debería pasar en el futuro a ser un texto obligatorio en cualquier universidad de Periodismo y Comunicación.

José Segura Clavell

Director general de Casa África

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