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La casta y los sectarios deben pensar que todos somos idiotas
Que un político piense que los ciudadanos de este país somos idiotas no creo que sea nada nuevo, por lo menos es la conclusión que muchos sacamos tras escuchar sus exégesis sobre las leyes, la Constitución o todo lo que se menea empleando su peculiar hermenéutica; evidentemente y como en las religiones cada uno explicará los hechos según su doctrina.
Deben pensar que todos somos idiotas, los que creen en lo que dicen y los que no lo hacen. Si la sanidad va mal para la izquierda para la derecha va de diez. Si los que se van de cena y putas son de un partido argumentan diciendo “A ti que más te da” mientras los del lado contrario dan botes escandalizados o se van de mitin con una pastora muy religiosa ella. Resulta insoportable leer y escuchar en los medios de comunicación como a un mismo tema le dan la vuelta según la ideología.
Si en Madrid hay colas en las urgencias los de izquierda mediática y sus políticos montan en cólera. Toda la artillería contra la presidenta de esta comunidad. Si en Canarias están colapsadas las urgencias desde hace muchas semanas resulta difícil ver a esa misma prensa, humoristas, opinadores chuscos y demás artilleros abrir la boca para meterse con los del pacto de los floripondios. ¡Cómo van a ir contra su ideología!
Recientemente hemos tenido que soportar una penosa moción de censura en el Congreso de los Diputados y sentir vergüenza ajena por el uso de un recurso constitucional de una manera tan torticera. Desde cualquier lugar del arco político surgen en ocasiones mensajes que se podrían –y deberían– tener en cuenta por el resto. No se debe estar siempre en contra del otro por el simple hecho de tener ideología distinta. Se han olvidado los políticos del significado de consenso y acuerdo para llegar al bien común.
Es una lástima, pero la casta ha olvidado que si están en sus puestos es por la decisión de los votantes y su obligación es intentar mejorar nuestra nación y conseguir acuerdos con el máximo de partidos posibles. Todos están anclados en la intransigencia y lo demuestran con su prepotencia y altanería, olvidan unos que están despreciando a los otros…y esos no son los que están en su escaño, son los millones de ciudadanos que han votado por esa opción.
¿Por qué no tienen un poquito de vergüenza y dejan de tratarnos como súbditos o idiotas? No creo que el pueblo español se merezca repasar la hemeroteca y ver todas las barbaridades que han dicho y que permanezcan tan campantes en sus puestos, hayan sido registradores de la propiedad de difíciles entendederas, copiadores de tesis o incluso jueces estrella.–Confucio.
