Gran parte de esa clase trabajadora que se vio directamente beneficiada por las políticas sociales practicadas por Unidas Podemos desde el seno del gobierno socialista de Sánchez es la culpable del lugar que en estas últimas votaciones ha venido a ocupar el partido más a la izquierda del espectro político español. Pero no sólo me refiero a la cobardía de los aprovechados por las ventajas obtenidas desde la coalición socialista sino, también, a la traición tramada contra Irene Montero e Ione Belarra por Yolanda Díaz al fundar ese petardo de feria fallido llamado Sumar, en su afán revanchista y personal de alcanzar la gloria a costa de las demás y que tanto la apoyaron desde el principio, cuando todavía no era nadie.
La fragmentación de la izquierda española no beneficia al compromiso que se abre ante nuestro futuro político. Es más; la derecha de toda la vida dispone, -desde la muerte del dictador y para colmo de males-, de un nuevo y muy peligroso aliado llamado Vox, quién se desvive por formar gobierno, -y no a cualquier precio-, con el Partido Popular allá donde toque.
Pedro Sánchez, ante esta nueva embarazosa y frustrante situación, ha decidido quemar las naves anunciado de forma inesperada por la mayoría, elecciones anticipadas al gobierno de la nación para el mes de Julio próximo. Nadie ha dudado al creer que se trata de una maniobra política táctica en favor de recuperar lo antes posible el poder y poder así deshacerse, de una vez para siempre, del lastre que para el PSOE ha supuesto, según su propio criterio, tener que gobernar en coalición con Podemos, Izquierda Unida, Bildu, etc., etc., y el peligro que entraña, siempre según él, para la opinión pública conservadora la presencia en el seno de su gobierno de comunistas, terroristas y separatistas.
Si a todo ello le sumamos la entrega sin condiciones por parte de Sánchez del C.G.P.J. en favor de los destinos del Partido Popular, además de lo que representan los bulos creados exprofeso en contra del gobierno de coalición por casi la totalidad de la prensa y medios de comunicación españoles, -subvencionados todos ellos con fondos privados-, para tratar de desacreditar las expectativas de un futuro político mejor para la mayoría, de la mano de una izquierda nacional que, precisamente, si se ha caracterizado por algo concreto, es por haber conseguido desde el gobierno en activo las únicas mejoras sociales y salariales para el conjunto de la clase trabajadora en nuestro país, nos encontramos hoy con una derrota electoral bien orquestada que no nos merecemos del todo una gran parte de españoles.
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Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes
