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A mi amigo Carlos Torres
Lo conocí en Hispania Airlines, volando en el Caravelle. Más tarde confió en mí y trabajamos juntos en la puesta en marcha de Air Europa, donde volamos el Boeing 737/300 y el Boeing 757/200.
En el momento de escribir estas letras, y teniendo ambos edades similares, sólo puedo recordar su gran profesionalidad y su inigualable sentido del humor.
¿Qué puedo decirte, Carlos? Hasta siempre. Lo que ocurre con la muerte es que aquellos que te querían te echan de menos y lloran tu marcha. Tan cierto como que las estrellas vuelven a brillar después de fundirse en la luz.
La muerte es tan grande como la vida. Los vivos duermen su tiempo, los muertos también el suyo. Y en ese viaje, los pilotos no mueren: vuelan más alto.
Gracias por todo, Carlos Torres. Tú sí fuiste un AVIADOR.
Tomás Cano Pascual
Asesor de líneas aéreas
Delegado para Europa de Air Panama
Fundador de Air Europa