Más allá del liderazgo, del consejo de administración o de los accionistas, que tienen un objetivo claro —invertir para ganar, porque nadie invierte para perder—, la verdadera responsabilidad recae en la gestión. Como siempre he dicho: hay que saber jugar al ajedrez.
Una compañía aérea es como una orquesta, con cuatro secciones principales: cuerdas, viento madera, viento metal y percusión. Los grandes directores buscan a los mejores en cada sección, sin importar raza, color de piel, escuela de pensamiento, etc.
Sin embargo, en algunas aerolíneas —sean públicas o privadas— se produce el fracaso. Los gestores (no los llamo líderes, porque no lo son) suelen tener un ego tan grande que no alcanzan a ver la importancia de no discriminar.
En mi país conozco a excelentes consultores que trabajan con principios sólidos. Pero también hay otros que, desde sus cómodos sillones, escriben en redes sociales sobre cómo hacer viable una aerolínea o qué aviones elegir. Con todo respeto y sin ánimo de ofender, mucho de lo que dicen es basura, incluso absurdo.
Por desgracia, este sector está lleno de scammers que jamás se han puesto en los zapatos de un verdadero líder o de un visionario: alguien con imaginación, cuyas decisiones pueden llegar a representar no solo a su empresa, sino incluso a su país.
Todo lo demás es puro bullshit.
Tomás Cano Pascual
Asesor de líneas aéreas
Delegado para Europa de Air Panama
Fundador de Air Europa
Scammer: Expresión inglesa que significa estafador o impostor. En este contexto se usa para referirse a personas que hablan o se presentan como expertos, pero en realidad no lo son y solo buscan aprovecharse.
Bullshit: También en inglés, es una expresión muy coloquial que significa tonterías, basura o cosas sin valor ni sentido. Es un término fuerte y despectivo, usado para desacreditar algo que se considera falso o inútil.