He tenido la fortuna de recorrer numerosos países y, en cada aeropuerto que he visitado, he encontrado pilotos que nacieron para volar. Personas de distintas razas y colores de piel, cada una con una historia única, muchas veces marcada por dificultades que debieron enfrentar. Falta de recursos económicos, retos personales, obstáculos que habrían detenido a otros, pero que ellos superaron con determinación. Son seres excepcionales capaces de volar durante cuarenta años de manera segura, llevando a bordo a nuestras madres, hijos, nietos, amigos que viajan para reunirse con sus seres queridos.
También he conocido pilotos de las fuerzas aéreas, hombres y mujeres que han defendido el honor y la gloria de su país. Todos ellos, con pasión y profesionalismo, han contribuido al desarrollo del transporte aéreo, haciendo que hoy viajar sea seguro y que las fronteras se sientan más cercanas.
Lo que más me impresiona es que, más allá del talento técnico, su valor y disciplina han perdurado a lo largo de los años. La victoria más difícil no está en vencer a otros, sino en vencerse a uno mismo.
A los jóvenes pilotos les diría: el mundo entero se aparta cuando ve pasar a alguien que sabe exactamente hacia dónde va. Así eran los aviadores que he encontrado en mi vida: hombres y mujeres que no solo dominan los cielos, sino que inspiran a todos a volar más alto, a superar sus límites y a perseguir sus sueños con convicción.
Tomás Cano Pascual
Asesor de líneas aéreas
Delegado para Europa de Air Panama
Fundador de Air Europa

