El diario El Mundo ha publicado recientemente unas polémicas conversaciones entre el Sr. Ábalos y el presidente del gobierno Sr. Sánchez que no tienen desperdicio por lo anecdóticas que en principio parecen. Lo grave de estas publicaciones no radica en el contenido en sí mismo sino en la supuesta probabilidad de que hayan podido ser filtradas a través de la UCO de manera irregular, lo que supondría una falta muy grave contra el derecho a la intimidad de las personas.
Los periodistas se reservan, como ya todos sabemos, el origen de sus fuentes, amparados por la tan discutida libertad de información; y digo discutida porque en ocasiones concretas son los mismos medios quienes recurren a ciertos subterfugios propios de la profesión con el sólo propósito de ocasionar el descrédito de ciertos sectores concretos de la política española en favor de un conservadurismo que ya raya en el esperpento.
Pero éteme aquí (cómo diría el poeta) que el Sr. Ábalos no descarta personalmente su manifiesto consentimiento a que los mencionados mensajes se hayan hecho públicos de forma premeditada, -según sospechan muchos-, como medida eficaz de sembrar dudas a propósito sobre la integridad política en el seno del Partido Socialista Obrero Español.
La derecha política de este país no sabe muy bien a que recurrir con tal de tratar de alcanzar algún día la tan deseada presidencia del Gobierno; presidencia que no discuto que haya podido haber perdido la confianza de parte de sus votantes, pero de ahí a vernos gobernados por aquellos que han privatizado hasta lo más imprescindible, queda aún un trecho muy largo.
Llego a la conclusión de que tras de esa cortina de humo lanzada recientemente por el Sr. Abalos se esconde una estrategia determinada en favor de su propia causa, pero me temo que de no ser así y como vulgarmente se dice: “Morirá matando”, en sentido figurado, naturalmente.
zoilolobo@gmail.com
Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes
