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¿Qué hace falta en España para que un político asuma responsabilidades?
 
Que España es diferente ya lo sabíamos desde que lo dijo el por entonces ministro franquista Manuel Fraga Iribarne. En nuestro país da exactamente igual lo que suceda que de la poltrona política no se baja absolutamente nadie. Pongamos varios ejemplos que deberían tener en cuenta.
Países Bajos: El primer ministro y su gabinete dimitieron en bloque tras un escándalo relacionado con la retirada indebida de ayudas públicas por una falta institucionalizada de imparcialidad en la aplicación de las normas antifraude.
Luxemburgo: Jean-Claude Juncker dimitió por un escándalo de espionaje de sus servicios secretos que realizaron escuchas ilegales, incluso al propio presidente Juncker.
Malta: El comisario europeo de Salud renunció tras una investigación de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) que concluyó que estaba al tanto de contactos indebidos entre su equipo y una compañía tabacalera maltesa.
Irlanda: El comisario europeo de Comercio dimitió después de participar en una cena con más de 80 personas, violando las restricciones por la pandemia de COVID-19 en Irlanda.
Hungría: Un eurodiputado fundador del partido Fidesz renunció tras ser sorprendido en una orgía en Bruselas durante el confinamiento por COVID-19, violando las restricciones sanitarias. Este individuo intentó escapar por una ventana y fue detenido con drogas en su mochila.
Otro eurodiputado del partido Fidesz dimitió tras un altercado violento con una mujer en estado de embriaguez en una discoteca de Budapest. La fiscalía lo investigó por alteración del orden público y lesiones graves.
Grecia: La vicepresidenta del Parlamento Europeo, originaria de este país, fue cesada y expulsada de su partido tras ser investigada por corrupción en el caso «Qatargate», relacionado con presuntos sobornos para influir en decisiones del Parlamento Europeo.
Austria: El canciller austriaco Sebastian Kurz fue destituido por el Parlamento tras el escándalo conocido como «Ibizagate», en el que se divulgó un video de su vicecanciller ofreciendo contratos públicos a cambio de apoyo político.
Reino Unido: La ministra de Transporte del Reino Unido renunció tras revelarse una condena por fraude en 2014. El exministro de Salud de Escocia dimitió tras un escándalo de gastos, al descubrirse que había cargado facturas de roaming durante unas vacaciones familiares. El Primer Ministro de Escocia dimitió tras el escándalo «Officegate», al descubrirse que subarrendó parte de su oficina parlamentaria sin declararlo.
Y estos que se enumeran son sólo los más notables y que en algunos casos incluso han acabado en convocatorias de elecciones anticipadas. Cualquier parecido con el Reino de España es pura coincidencia. Podríamos enumerar escándalos de políticos de todos los colores y denominaciones de origen, pero el resultado siempre será el mismo.
Catástrofes, volcanes, incendios, apagones, infraestructuras obsoletas, presuntas orgías, enchufes de todo tipo y cualquiera sabe qué más, pero aquí, no dimite ni dios. –Confucio.
                                    