miércoles, noviembre 5, 2025
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Macario y Rockefeller

¿Quién nos iba a decir que José Luis Moreno iba a ser fagocitado por uno de sus personajes de ficción favorito, de nombre, precisamente, Rockefeller? Y digo Rockefeller porque el personaje de Macario, al parecer, carecía de esa capacidad que tienen los poderosos como para llevarte a su terreno cuando te necesitan como cómplice de delitos tan graves como los que presuntamente, por fin, se le imputan a su mentor. O lo que es lo mismo: a esas arenas movedizas donde ahora José Luis Moreno se debate entre la vida y la muerte profesional por sus actividades supuestamente delictivas.

No parece baladí que en su época dorada de ventrílocuo  hubiera diseñado dos personajes tan antagónicos para su espectáculo de marionetas como fueron Macario y Rockefeller. El primero desde la humildad popular más absoluta y el segundo desde la aparente elegante arrogancia, propia de quien ha amasado una fortuna gracias al petróleo y la política de altos vuelos allá en América.

¿Cómo puede una persona con la sola ayuda de dos simpáticas marionetas amasar una fortuna tan cuantiosa en tan poco tiempo? Sabemos que como productor de televisión habría llevado a cabo algunos proyectos de dudosa calidad por los que hubiera cobrado lo suyo. También sabemos que fue inversor en otros tantos negocios con préstamos concedidos a dedo gracias a su discutida dimensión artística, pero, aún con todo, su carrera empresarial nunca me ha parecido una garantía suficiente como para poder acumular a su alrededor y en tan corto espacio de tiempo tanto lujo y despilfarro. Quizá con el beneplácito que durante años le haya concedido Hacienda, habrá podido también crear un entramado tan hermético como para poder presumir de la creación de su propio banco en la bella isla de Malta donde podría haber lavado el cuantioso dineral obtenido en operaciones tan fraudulentas como delictivas.

De haber sido él, yo, por si acaso, me habría quedado con la compañía y amistad del humilde Macario, poseedor de esa perspicaz intuición popular para eludir con éxito los problemas que te ocasiona el exceso de dinero, sobre todo si, como parece, procede de los bajos fondos de los cárteles clandestinos como a punto está de poderse demostrar.

Quién sabe si en el interior oscuro de un viejo arcón de madera abandonado entre bambalinas, Macario le vaya ganando a Rockefeller la partida de mus que comenzaran a jugar una vez retirados ya de los escenarios polvorientos donde les enfrentaba cada vez el ahora detenido José Luís Moreno.

zoilolobo@gmail.com

Licenciado en Historia del Arte y Bellas Artes

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