El barrio del Toscal está de luto, pues se ha ido uno de sus hijos más ilustres, Salvador Romero Cabrera, «Sarva«. Con él se va uno de los últimos representantes de una especie casi extinguida, ¡el toscalero de pura cepa!, con una forma de ser y estar, única e inigualable.
Fue un hombre de personalidad y carácter fuerte, a la vez que un ser de gran bonhomía y por supuesto, dotado con el sentido del humor tan característico de los habitantes históricos de nuestro barrio.
Su oficio de peluquero lo «heredó» de su padre, Don Salvador, y lo ejerció prácticamente hasta el final de sus días. Por su peluquería «My friend«, han pasado muchas generaciones de chicharreros, que han gozado de las tertulias que allí se formaban para «arreglar el mundo» (expresión muy chicharrera).
Se puede corroborar lo que digo de él, viendo su participación en el documental «Crónica de los Toscales» (adjunto enlace), en el que con su personalidad y naturalidad, se erigió en el protagonista indiscutible de ese magnífico trabajo audiovisual del cineasta Raúl Jiménez Pastor.
Apreciado vecino, en tu despedida me ha venido hoy a la mente el recuerdo nostálgico de mi niñez, cuando en aquellas interminables tardes de sábados o domingos, buscabas la sombra en la esquina de la calle La Rosa con Gaspar Fernández, para limpiar con inmenso mimo y de manera integral (carburador , cadena, chasis…),su tan preciada Bultaco de color negro, y mientras realizabas toda la operación yo te miraba desde mi casa con mucha curiosidad y admiración.
Vaya desde esta modesta publicación mi pésame para su esposa e hijos y mi abrazo, de todo corazón, para sus hermanos Ernesto, David «vilochi«, José, Nina y Remedios.
La vida sigue en el Toscal, aunque sin «Sarva»… un día triste.