Para Aristóteles todo el conocimiento surge de la experiencia. Es un realismo filosófico basado en la percepción de lo empírico, de las cosas del mundo o de la realidad. Se opone, en este sentido, al idealismo socrático y platónico. No existen dos mundos: el inteligible y el sensible, como afirmaba su amigo Platón. Solo existe un único mundo material. El conocimiento innato no existe. Lo que se conoce o lo que una persona sabe procede de las sensaciones captadas por los sentidos. De todos modos, el estagirita reconoce que todas las sensaciones y percepciones referidas a un mismo objeto se unifican, a partir de la formación de una imagen, por medio de la imaginación, la memoria y la experiencia. Por ejemplo, la imagen de un animal como un caballo, a través de la observación de la forma de este ser vivo, sirve para que el sentido común integre estas informaciones y surja el concepto de lo que es un caballo, con todas sus características específicas. De hecho, Aristóteles identifica lo universal y común con la forma.
Este gran filósofo afirma que, por medio de un proceso de abstracción en el que interviene el intelecto o el entendimiento, se pueden abstraer las características comunes de los objetos y seres. En definitiva, se puede captar la esencia de las cosas reales. Es la expresión evidente de un indudable conocimiento inteligible aplicado a este mundo material, que es el único existente. En este orden de cosas, rechaza cualquier tipo de dualismo ontológico, ya que no existen dos realidades, la material y la ideal o espiritual.
También diferencia entre un intelecto paciente, que recibe las imágenes de la realidad existente a través de los sentidos y que también maneja conceptos abstractos y un intelecto agente, que es un pensamiento activo que capta la esencia de cada cuerpo u objeto particular. La capacidad de comprender lo abstracto reside en el intelecto agente y también la de elaborar y construir abstracciones. Piensa que el intelecto agente es acto puro o lo que es lo mismo, que es una potencia de pensar que es autónoma y creativa, combinando conceptos e ideas de modo ilimitado.
Es una epistemología empirista en toda regla. La filosofía aristotélica es muy amplia, pero está muy bien fundamentada. Era filósofo y biólogo y escribió una gran cantidad de obras o tratados. Fue un gran observador de la vida animal y sus descripciones de peces siguen asombrando actualmente, por su precisión y exactitud. En relación con la inmortalidad del alma no considera posible que sea algo demostrable, ya que era un científico y creía en lo observable.
Diseccionó animales muertos y dividió a los animales en vertebrados e invertebrados. En algunas cuestiones se equivocó, como en la realidad de la generación espontánea, por falta del instrumental científico adecuado y porque la ciencia biológica y médica estaba en su inicio. No disponía de microscopio ni de telescopio en su tiempo. Vivió desde el 384 antes de Cristo hasta el año 322. Respecto a sus obras o libros se pueden destacar: Metafísica, Órganon o tratados de Lógica, Ética a Nicómaco, Ética a Eudemo, Gran Moral, Meteorológicos, Arte Poética, Acerca del alma, Física, Política, etc. Al estar almacenados sus libros en un sótano, por la humedad se perdieron la mitad de sus escritos. De todas formas, con las que se conservan se puede valorar la inmensa y profunda erudición y sabiduría de Aristóteles.
La filosofía aparece por el asombro ante lo que nos rodea, indica Aristóteles, es perfectamente entendible que sea de esta forma, porque buscaba las causas de todo lo que sucede y trataba de explicar de forma rigurosa y coherente lo que es la realidad, con procedimientos de investigación científica.
Fue un pensador sistemático que trató numerosas cuestiones y temas. Fundó el Liceo en el año 335 a.C. en Atenas y enseñó hasta el año 323 antes de nuestra era sobre diversas materias, las más complicadas por las mañanas. El Liceo fue como una universidad científica. Los restos arqueológicos del mismo se han encontrado y se pueden visitar en Atenas. También fue preceptor de Alejando Magno, durante unos tres años, en un periodo de su vida anterior. En su juventud durante 20 años fue discípulo y amigo de Platón en su Academia, hasta la muerte de su maestro en el año 347 a. C. Platón lo llamaba la mente, porque era el más brillante intelectualmente. En el intervalo desde la salida de la Academia platónica hasta su vuelta enseñó, investigó y escribió, por distintas zonas de la Grecia antigua. Aunque se perdieron sus conferencias de divulgación que impartía por las tardes al público en general, se sabe por referencias de otros autores de su época, que estaban escritas en forma de diálogos.
José M. López García
Doctor en Filosofía por la UNED
Licenciado en Ciencias de la Educación por la UNED