viernes, marzo 29, 2024

España

La Fiesta Nacional de España, antes llamada Día de la Hispanidad  y en otra época Día de La Raza, término que aún se sigue utilizando en algunos países americanos, es la denominación que recibe la fiesta nacional de nuestro país.

La celebración está regulada por la Ley 18/1987, de 7 de octubre donde se indica que: “Se declara Fiesta Nacional de España, a todos los efectos, el día 12 de octubre”. En la exposición de motivos se indica que la fecha simboliza la efeméride histórica del inicio de un periodo de proyección lingüística y cultural más allá de Europa.

En este día no se celebra nada distinto a lo que puedan hacer otros países de nuestro entorno geográfico o cultural. Los desfiles, la asistencia del Jefe del Estado, presidente del Gobierno y los altos representantes del Estado forman parte de la exaltación del espíritu nacional, que en nuestro país brilla por su ausencia.

España, país diferente donde los haya, es el único lugar del mundo donde usar nuestra bandera es considerado como síntoma de ser fascista, de derechas o incluso franquista. Un disparate que ningún gobierno se ha preocupado en corregir.

Nuestra bandera se remonta a un Real Decreto de mayo de 1785. Los colores han permanecido invariables desde ese siglo salvo el periodo de la II República en el que sustituyeron una de las franjas rojas por una morada, en recuerdo de los Comuneros de Castilla.

Nunca he entendido cómo los republicanos españoles no asumen como propios los colores actuales, que quiten el escudo y que pongan un moño si son felices pero el símbolo que en todos los países aglutina a los ciudadanos es su bandera. Su bandera, la de la franja morada, sólo estuvo ocho años ondeando, además, es tan preconstitucional como la de la “gallina” –águila de San Juan– y las normas deberíamos cumplirlas todos.

Por otra parte, el 12 de octubre se celebra la festividad de Nuestra Señora del Pilar, Patrona de la Guardia Civil. Desde mi punto de vista, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado son el “pilar” fundamental para garantizar nuestras libertades. Atrás quedan tiempos pretéritos –y no me refiero sólo a la dictadura– como argumentos para la crítica fácil.

Salvo excepciones que deshonran su juramento todos son merecedores de nuestro respeto más profundo. No olvidarnos de los miembros de la Benemérita que han dado su vida por conseguir una sociedad mejor, tanto en España como en el extranjero y no podemos olvidar a los que cayeron víctimas de la banda asesina vasca.

Volviendo al tema de las conquistas en ultramar, quiero recordar a los ignorantes que llaman a los españoles genocidas. ¿Norteamericanos descendientes de ingleses? ¡No me jodan! Que ahora los que exterminaron a los indios se pongan bien puestos tiene cojones.

¿Ingleses? A parte de los Estados Unidos podríamos hablar de Australia o la India e incluso Irlanda. ¿Franceses, portugueses, holandeses…? Háganselo mirar. Las grandes potencias de antaño, incluida España, no eran hermanitas de la caridad, así que lecciones de honestidad…las justitas.

El problema es que en España la progresía chancletera, mal encarada y en ocasiones dispuesta a repartir jarabes democráticos tiene la piel muy fina…para lo nuestro, pero luego toleran genocidas venezolanos, dictadores cubanos o regímenes totalitarios iraníes…todo ello bajo la franja morada de su bandera preconstitucional. Amén.-Confucio.

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